Capítulo 13

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He intentado durante todos estos días poner mil excusas para que los padres de Flavio no contraten a Hugo en el bar, pero no lo he podido conseguir. Hoy es su primer día y Flavio y yo estamos decorando el escenario donde va a actuar. Oímos unos toques en la puerta y Flavio va a abrir.

— ¡Hola! — nos saluda Hugo con una sonrisa entrando en el bar.

— Holaa, ¿te gusta cómo está quedando? — le pregunta Flavio dándole un pequeño abrazo.

— Buaa me encanta, os lo habéis currado un huevo eh — nos reímos.

— La Eva, que ha comprado un montón de cosas para decorar esto — ruedo los ojos.

— Me hacía ilusión, ¿vale? — y se ríen.

— Pues mola mucho — me dice Hugo sonriendo.

— Gracias — le respondo seria y sigo a lo mío.

— ¿Es la primera vez que cantas delante de la gente? — le pregunta Flavio mientras deja su guitarra y se une a ayudarnos con la decoración.

— Sí, a si que espero que les guste — dice nervioso.

— Seguro que sí tranqui — se sonríen.

— ¿Qué vas a cantar? — le pregunto curiosa.

— Aaaa tendrás que verlo, pero te aseguro que van a ser unos temazos — me dice sonriendo y me río.

— Entonces no me lo pierdo por nada — le contesto con ironía y se ríe.

— Menos tontear y más ayudar, que solo nos queda media hora para abrir esto — nos dice Flavio.

— No estábamos tonteando Fla — rueda los ojos.

— ¿Vosotros qué sois por cierto? ¿No tendréis algo, no? — nos pregunta Hugo y Flavio y yo nos reímos.

— Somos mejores amigos, nos conocemos desde que éramos unos críos — le responde Flavio.

— Ah, vale...

— ¿Por qué lo preguntas? — le pregunto confusa.

— Por nada, solo era por saberlo — me dice encogiéndose de hombros.

— Ya — y vuelvo a centrarme en la decoración.

— Eso sí, con ella ni una eh — le amenaza a Hugo.

— Vale vale, tranquilo — dice alzando sus brazos.

— ¡Fla! No te pongas en plan protector — se ríen.

Intento colocar el pie de micro a mi altura porque luego tengo que hacerle una pequeña presentación antes de que cante, pero no tengo ni idea de cómo funciona este cacharro. Es la primera vez que tengo uno delante y me está poniendo muy nerviosa.

— ¿Te ayudo? — me pregunta intentando no reírse.

— No, gracias. Ya puedo hacerlo yo sola

— Ya veo ya... — dice sonriendo y le miro enfadada.

— Eres un idiota — se ríe.

— Déjame ayudarte anda — suspiro y me explica cómo va — venga, ahora prueba a hacerlo tú sola

Lo vuelvo a intentar y consigo bajarlo a mi altura.

— ¡Por fin! — se ríe.

— ¿No ves cómo no era tan difícil? — me pregunta en un tono vacilón volviendo a acercarse a mí.

— Lo habría conseguido igualmente sin tu ayuda — le digo haciéndome la chula y se ríe.

— Claroo, seguro — me dice con ironía y me río.

Veo cómo su mirada baja de mis ojos a mis labios y es entonces cuando me doy cuenta de lo cerca que nos hemos quedado. Sin poder evitarlo, mis ojos hacen el mismo recorrido hasta sus labios. ¿Por qué me tendrá que poner tanto este niñato?

— ¡Os recuerdo que no estáis solos! ¡Y no me apetece ver cómo os ponéis a follar en medio del bar! — nos grita Flavio haciendo que nos apartemos rápido del otro poniéndonos rojos.

— Me voy a fumar — nos dice Hugo saliendo fuera y siento la mirada de Flavio posada sobre mí.

— ¿Qué?

— Nada — me dice riéndose y ruedo los ojos.

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