El cruel destino

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Naruto dejó escapar el oxígeno. Sintió como el aire se enrarecía cuando la mano de Indra estuvo a un centímetro de atravesar su rostro, de arrancarle el otro ojo. Fue lo suficiente veloz como para interponer a Masamune entre él y su enemigo, siendo desplazado por la fuerza del golpe. Plantó con fuerza los pies en el suelo y movió su brazo contra el estómago de Indra, viendo como ese se deshacía en pequeños chispazos, reapareciendo detrás el Uzumaki para golpearlo.

El dios del trueno hindú cargó el brazo y disparó un golpe horizontal contra la cabeza del samurái. El Décimo Rey bajó la cabeza y dejó pasar el brazo, girando a la vez sobre su pie derecho y enterrándolo en el pecho del dios, mandando al rey de los semidioses hindúes a estrellarse contra la pared del coliseo nuevamente.

Hacía solo unos segundos que la guerra parecía haber acabado. Indra pareció aceptar su derrotar ante Naruto y estaba dispuesto a retirarse, aunque no luchó directamente contra el Uzumaki, si no que usó un doppelgänger contra el rey para hacer que usara todo su poder en su contra.

Pero era el dios Indra, uno de los dos bandos que estaban causando revuelo en el mundo sobrenatural, con su guerra civil que arrasaba con todo lo que tenía por delante. No iba a rendirse, a abandonar una lucha que crearía una mancha en su reputación como uno de los dioses más poderosos actualmente.

Y ser pateado por un semi dios...no le agradaba demasiado.

Limpiando la sangre de su labio, Indra salió con una mirada envuelta en la ira, soltando chispazos entre sus manos y dando una leve sonrisa hacia su enemigo. Naruto se irguió, mirando a su rival indiferentemente, tomando con firmeza su preciada Masamune y dispuesto a seguir peleando. Él tampoco iba a rendirse, a huir cuando logró volver a tomar su puesto como un Uzumaki, como el Rey Uzumaki.

Naruto miró con su ojo escarlata a su enemigo, mandando aquello que comúnmente era llamado instinto asesino. Solo estaba inflando su aura, su poder y mandándolo hacia su enemigo en un modo de abrumarlo. Pero estaba lidiando con un dios, después de todo. No recularía ante un movimiento infantil como el suyo.

Indra sonrió, sintiendo como la presión de su enemigo era realmente abrumadora. Cualquier otro habría reculado. Los dioses fuera del Top 10 habrían terminado siendo aplastados...pero no él.

―Es tan divertido ver como intentas mandarme al suelo con tu poder. Diría que es excitante―Indra expresó con una sonrisa divertida, haciendo crujir su cuello con un chasquido, caminando hacia Naruto con paso firme, desprendiendo su aura misma―. ¡Estoy excitado!

Formó una espada de rayos, sonriendo oscuramente hacia el uzumaki, moviendo la hoja silbante contra el cuello de su enemigo, siendo bloqueada por la firme hoja de Masamune.

Chispas rodearon a ambos combatientes.

―Me gusta ver tu entrecejo fruncido, el gesto que haces cuando estas rabioso―Indra continuó recitando, moviendo la espada y comenzando un intercambio de tajos contra el Uzumaki―. Perdiste a tu familia. Tus hijos. Tu esposa. Tu madre. Tu abuelo. ¡Todos tus seres queridos han muerto ahora!

Naruto movió la espada y bloqueó el tajo de Indra, sintiendo como la electricidad adormecía su brazo por unos segundos, siendo lo que realmente Indra quería, asestando un puñetazo directo en el estómago de su enemigo, haciendo que Naruto escupiera sangre y saliera disparado hacia atrás.

Derrapó, moviendo a Masamune y bloqueando la hoja de electricidad con el mango de su espada. Movió la mano izquierda y detuvo el segundo puñetazo de Indra. Echó la cabeza hacia atrás y golpeó la frente del dios con su cabeza.

Indra solamente sonrió.

―¡Realmente juegas infantilmente Naruto!―el dios sentía como la sangre escurría por su frente, acariciando su nariz levemente―. Y eso es lo que te llevará a la misma muerte. ¡Ahora el sello ha sido removido y tu forma dios no podrá mantenerte vivo!

Naruto: El Cazador de DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora