Cientos. Tal vez miles. Los cadáveres que no habían sido de dioses, ahora se amontonaban en lo que una vez fue llamado el Coliseo de Uzumaki, el lugar donde los guerreros ponían a prueba su valía usando sus movimientos y habilidades para poder ganarse el favor del rey, para poder entrar dentro de su preciado ejército o incluso dentro de su guardia personal.
Aquel bello lugar, ahora estaba completamente en ruinas. Sangre manchaba las paredes derruidas, la tierra aplastada. Miembros, piel, inertes cuerpos yacían sobre aquella misma tierra que había sido usada como campo de batalla entre humanos y seres sobrenaturales. Uzumaki's contra los seguidores de Indra. Esa había sido la batalla que quedaría registrada en los anales de la historia de aquel clan samurái. Una historia que no parecía poder librarse de la sangre ni la muerte en su pasado, presente y futuro. Parecían ser los juguetes de los dioses como Indra y su preciado rey había terminado pagando todas las consecuencias de los actos acaecidos por los dioses.
Como si solo fuera un instrumento que ellos pudieran usar para desquitarse, el Décimo Rey de Uzumaki había sido tratado como un simple peón, siendo pagado con traiciones, con muertes y sangre. Su esposa fue asesinada. Él mismo mató a su hijo menor y sus hijas fueron igualmente asesinadas.
Dentro de la historia de los reyes Uzumaki, Uzumaki Naruto había sido catalogado como el Rey Maldito por algunos de sus seguidores. Jamás en toda la historia, un Uzumaki había sufrido tanto. Incluso era poco probable que un ser vivo pudiera haber sufrido tanto como su preciado Décimo Rey.
Paso a paso, siendo observado por personas con el símbolo del remolino en sus espaldas, Buda avanzaba con paso seguro hacia la habitación donde estaba su sobrino, tomando aquella enorme siesta que se había visto obligado a tomar.
Uzumaki Naruto estaba en coma.
Solo con pensar en ello, Buda chasqueó la lengua y removió el chupachups en su boca usando su lengua. Normalmente era egocéntrico, solo le importaba él mismo. Pero su familia también le importaba. Y Uzumaki Naruto era su preciado sobrino después de todo. No podía dejarlo solo en aquella situación, con la ciudad destruida y él completamente inconsciente, perdiéndose de los sucesos a su alrededor.
El antiguo hombre ahora deidad, se abrió paso entre soldados y sirvientes para entrar en la antecámara de la habitación del rey, encontrándose con los Generales Uzumaki.
―Así que finalmente muestras tu rostro, Buda bastardo.
Vendado, sin un brazo y con su lanza apoyada sobre su hombro, Lu Bu saludó al dios sabio con un leve gesto de cabeza, dando aquella sonrisa feroz que habría amedrentado a cualquier persona cuerda. Nadie se lanzaría directamente contra el General del Vuelo, aquel que partió el cielo con un simple gesto de su lanza.
―Chu~.
Buda respondió a las palabras del mejor amigo de su sobrino con un lege movimiento de su lengua, agitando aquel dulce en su bica y mirando hacia abajo al humano malherido. Realmente aquellos hombres eran demasiado leales con Naruto y no podía encontrar mejores compañeros para él en estos momentos.
―¡Yare~!
Levantando una botella de sake y meciéndola ligeramente, el dios Susano saludó a su compañera deidad, sonriendo ligeramente como si realmente estuviera borracho.
―Susano―Buda sacó el chupachups de su boca y giró los ojos hacia un hombre con una enorme espada en su espalda. El hombre se mantenía a un costado del dios del mar y la guerra, con los brazos cruzados sobre su torso y sin mirar a nadie. Mantenía su rostro hacia abajo, con la boca cubierta con vendas―. ¿Quién es esa momia a tu lado?
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Naruto: El Cazador de Demonios
FanfictionUzumaki Naruto es un estudiante normal en la academia Kuoh, con unas calificaciones promedias y sin nada demasiado destacable, salvo su enorme y sorprendente habilidad para el kendo. En un mundo donde lo sobrenatural parece haber cobrado vida de un...