Estaba a rebosar. No había ni siquiera un hueco para un mísero alfiler. El Coliseo de Uzumaki estaba lleno de dioses de distintos panteones, principalmente siendo menores y desechables para sus cabecillas. Sobre un trono en el palco norte, Uzumaki Menma observaba la arena con un extraño brillo divertido. Pensaba en como su hermano después de aquella pataleta, simplemente sería eliminado de la ecuación y él sería rey finalmente al cien por ciento. Movió los ojos, mirando a su hermano encadenado al otro lado del coliseo, en el palco sur, custodiado por dos enormes titanes: Atlas e Hiperión. Ambos moles se encargaban de mantener al prisionero completamente quieto, sin que hiciera nada. Aun creía un verdadero golpe de suerte el haber obtenido la ayuda de los titanes cuando prometió la cabeza del viejo Zeus obre una bandeja de plata. Aun le faltaba Cronos y otros titanes a aquella fiesta, pero con los que estaban presentes era completamente suficiente. No habría nadie que osara enfrentar a los dioses presentes.
Querido hermano; Menma miró directamente hacia donde estaba Naruto, dando una suave sonrisa. Orgullos. Altanero. Uzumaki Naruto el Décimo Rey de Uzumaki estaba siendo encadenado y usado como un simple perro. Nada más. No había forma de que en su estado pudiera lidiar con dos presencias que incluso Indra tomaba en cuenta. Los titanes eran poderosos. Aunque no estuvieran dentro del top, solo fueron removidos porque se vieron desplazados por Zeus y los dioses griegos, quedando ellos en el olvido y encadenados en el Tártaro. Este es tu fin. Degusta la vista de esto, porque esta será la gente que te lleve a la tumba.
Vítores. Gritos. Oía como sus seguidores o más bien los de su benefactor Indra pedían la lucha, aquel juicio por combate. No le costó demasiado sacar al Emperador de Jade al joven Ardun de los Príncipes de Natak, el poderoso Primer Heredero que no perdería a menos que la corona fuera removida. ¡Y no había habido nadie en miles de años que lo había logrado! Ni siquiera aquella rebelión logró finalmente llegar a buen puerto. Los príncipes terminaron con todos sus enemigos.
Lentamente, Uzumaki Menma comenzó a levantarse del trono. Los gritos se fueron apagando. El silencio fue llenando el coliseo y cada par de ojos se posó en la figura del Undécimo Rey de los Uzumaki. Aquello era satisfactorio para él. Era lo que había añorado desde que entendió su papel en el mundo siendo el segundo.
Se sentía grande, poderoso.
—¡Bien, mi gente! ¡Es hora de que el juicio por combate sea llevado a la arena!—rugió el rey alzando los brazos. Vítores y gritos de guerra llenaron aquel estadio—. ¡De mi lado! ¡Del lado de la justicia! ¡El Primer Príncipe Heredero de los Príncipes de Natak: Ardun!
Tap Tap
Musculoso. Cabello echado hacia atrás de color blanco. Ojos oscuros. Piel tostada. Una enorme cicatriz cruzando su rostro. Solamente vestía unos pantalones grises. Se había desecho de la camiseta hawaiana cuando finalmente entró a la arena.
—¡ARDUN! ¡ARDUN! ¡ARDUN!
No había duda. Todos los presentes en el estadio tomaban al invencible Ardun como el ganador de aquel enfrentamiento. Realmente era así. Sin estar en el top 10, podía manejar una pelea mano a mano con gente dentro del mismo top, siendo él situado en el top 20. Pocos deseaban pelear contra alguien que sabían que era imposible vencer. Incluso Naruto estaba dudoso de pelear contra él.
—¡Y por el lado del traidor...!
Boom
Estruendo. Polvo. Del cielo algo cayó, levantando una inmensa nube de polvo. Ojos abiertos como platos. Una sonrisa en la figura de un encadenado.
—¡Yeoui contráete!
Flang
El enorme pilar se encogió desapareciendo dentro de la nube de polvo. Una figura delgada, más baja que Ardun, comenzó a vislumbrase, portando ropajes extraños. Era la armadura Yongpyo. Armadura mística del Rey de los Monos, del legendario Sun Wu-Kong uno de los Nueve Reyes de los Sabios.
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Naruto: El Cazador de Demonios
FanfictionUzumaki Naruto es un estudiante normal en la academia Kuoh, con unas calificaciones promedias y sin nada demasiado destacable, salvo su enorme y sorprendente habilidad para el kendo. En un mundo donde lo sobrenatural parece haber cobrado vida de un...