Kokabiel no había reunido un ejército para seguir los caprichos de Ophis o para mantener a la Brigada Khaos por encima de los demás. Ni siquiera los había reunido para tener una ventaja sobre los Maō o para hacer la guerra la única dirección viable. Ni tampoco para llevar su plan de formar la Excalibur y destruir a todos a su paso. Formó un ejército porque podía hacerlo. Necesitaba soldados para la guerra. Necesitaba soldados que murieran por él. Necesitaba estar rodeado de seres que sintieran las mismas ansias de sangre que él, que lo apoyaran en sus enfrentamientos con las herederas o el Inframundo. Incluso que lucharan contra el Grigori y los caídos, el lado más debilitado de la Guerra Santa. Si quedaban pocos ángeles y los caídos de Grigori lo seguían a él, Kokabiel, el sanguinario ángel, ¿qué seguidores tendría Azazel? Ninguno, salvo aquellos que fueran simples perros falderos, que se conformaran con las sobras que los dirigentes de Grigori les lanzaran.
Muchos caídos, casi el setenta por ciento, estaba del lado de Kokabiel. La guerra era mil veces mejor que simplemente servir a Azazel y perder el tiempo en alcohol y mujeres, como Azazel hacía, dejandose llevar por su deseo de lujuria.
No, ellos deseaban la destrucción de los diablos, la caída de sus hermanos ante la verdad dada por Elohim, la que el difunto dios quería ocultar a sus hijos y que Michael mantenía bajo estricta llave. ¿Realmente los ángeles eran buenos? Kokabiel sabía que no. La masacre en Japón. La sangre derramada por Europa. Tanto él como Elohim, su padre, siempre habían hecho la vista gorda, dejando caos y muerte por donde el cristianismo pasaba, dejando familias destrozadas. Si eso podían hacer los humanos, ¿por qué no ellos?
Los ángeles cayeron del Heaven y fueron al Grigori, encontrándose con Azazel, alguien despistado e idiota, lleno de su deseo por la bebida y las buenas mujeres, como él mismo mencionaba. ¿Dónde estaba la sangre? ¿La muerte? ¿La guerra?
Kokabiel les prometió sangre y guerra y lo siguieron, teniendo lo que buscaban, lo que ellos querían, dejando muertos de cualquier bando a su paso.
Buscaban sangre y muerte. Encontraron sangre y muerte. Kokabiel cumplió su palabra y su ejército solo creció, tomando a cualquier criatura que realmente quisiera sangre y muerte, regar la tierra con la sangre de sus enemigos, sin importar de qué mitología fuera. Cuantos más seres lo acompañaran, mejor. Había tomado a los cerberos del panteón griego, los oni del sintoísta...muchos seres estaban bajo su mando, marchando al son de sus órdenes, siguiendo su estandarte...si lo tuviera.
Y cuando Excalibur fuera formada, nadie los podría parar.
―Uhm. Espero Lord Kokabiel no tarde demasiado en llamarnos, ya empiezo a sentir entumecimiento―declaró un exorcista pícaro, vestido con una túnica raída, esperando junto a los demás que Kokabiel los llamara para luchar contra Lucifer y Leviatán. Ambos Maō acudirán al mundo humano cuando sus hermanas perecieran y ellos los esperarían, par iniciar la Segunda Guerra Santa y regar el mundo en sangre―. Esto es aburrido.
―¡Ya cierra la boca!―un caído exclamó, de dos pares de alas. Se mostraba igualmente irritado, deseando poder regar el mundo con la sangre de sus enemigos. Seguir a Kokabiel había sido la mejor decisión que podría haber tomado. Había matado y violado lo que había querido, sin encontrarse a nadie que se les opusiera. El Inframundo no tenía interés en el mundo humano. El Heaven estaba demasiado ocupado ante las bajas continuas entre sus filas. Y el Grigori estaba con pocos efectivos para una batalla contra ellos. Solo habría un modo de que los pararan: firmando la paz. Era algo ridículo, que Michael no haría por buena voluntad. Solo Azazel parecía querer llevar eso a buen término―. Kokabiel-sama nos invocará en Kuoh cuando él lo crea necesario, no antes.
Cuando la cabeza de alguna de las herederas se separará del cuerpo, ellos serían invocados para la guerra. No antes ni después. Había un plan formulado y ellos lo seguirían completamente, sin temor a fallarlo. Contaban con Kokabiel y algunos seres poderosos. Incluso la misma Brigada Khaos podría proporcionarles ayuda. Estaban en buenos términos para una guerra, mientras que sus adversarios no contaban con lo fundamental en una guerra: aliados.
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Naruto: El Cazador de Demonios
FanfictionUzumaki Naruto es un estudiante normal en la academia Kuoh, con unas calificaciones promedias y sin nada demasiado destacable, salvo su enorme y sorprendente habilidad para el kendo. En un mundo donde lo sobrenatural parece haber cobrado vida de un...