Mandar el pasado hacia lo más profundo de la mente, era algo con lo que Naruto no contaba. Había lidiado con los recuerdos de su pasado, con las visiones oscuras de un sujeto que parecía ser el líder Uzumaki hacía mil años atrás, cuando los seres sobrenaturales andaban sobre la Tierra y frente a los humanos, y estos no encontraban miedo o peligro en ello y lo respetaban. Incluso los dioses estaban presentes cada día, sin que fueran meros recuerdos o vestigios de algo pasado.
Giyū le había pedido ser como el agua, poder librarse de la influencia del pasado y renacer en pleno mar, como si hubiera muerto y volviera al mundo tras las cenizas, algo completamente ridículo para personas normales, pero que en la mente de Naruto estaba tenía completamente sentido y era algo cuerdo realmente.
Ser como el agua, era una frase que Urokodaki siempre les decía, indicándoles que debían adaptarse al entorno, a las situaciones sin importar quien estuviera delante o a quien tuvieran que enfrentar, ya fuera amigo o familiar.
Naruto había aceptado la espada, el uniforme y el haori ancestral Uzumaki que había llevado en su tiempo como cazador y que lo presentó como el líder de los Uzumaki, el Décimo desde el primer Uzumaki en ser Cazador de Demonios.
Ahora, con el mismo haori pero con el kanji de Undécimo, su hermano estaba sentado en el trono Uzumaki, rigiendo sobre las tierras al servicio de los dioses del Shintō, llenándose de oro y gloria como un cobarde. Menma jamás había cubierto su piel en sangre. Él tuvo que hacerlo todo para dejarle el camino a su hermano menor, quien estaría regodeándose de todo, rodeado de comida y lujos, mientras él mismo estaba fingiendo ser un miserable humano normal y no descendiente de Amaterasu, la diosa del Sol y la más poderosa y regente del Shintō.
Pero si quería volver a ser quien fue, quien realmente debía ser; debía dejar a un lado el pasado, enterrarlo y enfocarse en el futuro, en el camino que tenía delante.
Y su hermano se lo había hecho ver.
Giyu se había tomado su papel de hermano mayor y mentor completamente en serio. Naruto no había olvidado, ni mucho menos, como usar la espada que llevaba consigo. Como Uzumaki, la sangre que llevaba en sus venas estaba ligada al arte del kenjutsu y ahora del kendo, siendo estos el camino antiguo y el moderno de la esgrima japonesa. Para él, usar una katana era simplemente como respirar, inolvidable y necesario. Nunca lo reconocería, pero Naruto se unió al club de kendo solamente porque necesitaba sentir una espada o algo parecido entre sus manos, tanto como un drogadicto necesitaba su droga.
No, lo que realmente Naruto perdió, fueron las ganas de usar la espada para matar a alguien. Pero ¿qué podría llevar a un adolescente a eso? Naruto no era un adolescente normal. Nunca lo había sido. Desde que nació, el mundo entero lo supo. El Shintō lo supo y su mundo fue completamente decidido.
Naruto nació cuando la crisis en la facción Yokai estaba en cuerda floja, así como los dioses shintoistas habían perdido poder ante el cristianismo. También nació cuando su padre fue eliminado como cabeza del clan Uzumaki tras un enfrentamiento contra los oscuros enemigos de su casa. Jamás se encontraron a los culpables, pero siempre se sospechó de la Primera Generación de dioses del Shintō.
Siendo simplemente un bebé, tuvo que cargar con el peso de líder del clan y de ser una cara visible como fiel seguidor de Amaterasu ante los demás dioses. Como Uzumaki, él debía seguir al Shintō y, sobre todo, a Amaterasu.
Todo estaba para él. Lo tenía en bandeja de plata. Pero los enemigos de alguien como él, solo proliferaban bajo la oscuridad.
Naruto, con solamente siete años, había demostrado ser un rey, un auténtico líder a todos aquellos que quisieran verlo. Fue tachado de niño, de un simple mocoso...pero el simple mocoso era capaz de ejecutar a alguien sin mirar atrás.
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Naruto: El Cazador de Demonios
FanfictionUzumaki Naruto es un estudiante normal en la academia Kuoh, con unas calificaciones promedias y sin nada demasiado destacable, salvo su enorme y sorprendente habilidad para el kendo. En un mundo donde lo sobrenatural parece haber cobrado vida de un...