Naruto: El Cazador de Demonios

11. El ego te lleva a la caída

Gimió ligeramente, parpadeando varias veces con sus ojos solamente puestos hacia el techo sobre su cabeza, intentando conciliar el sueño que le fue arrebatado. Naruto gimió por segunda vez, arrastrándose fura de la cama y observó los pendientes hanafuda colocados en la mesita de noche, representando el brillante sol. A tientas, tomó el que debería ir en su oreja derecha, dejándolo frente a sus ojos y bailando con el ligero viento que entraba por la ventana. Un viento que anunciaba la llegada del verano, aunque aún estaban en primavera.

El rubio cazador dejó que el pendiente se meciera, casi como si fuera un atrapa sueños, tomando de la mente de Naruto todas las cosas realmente malas que estaban por suceder. Kokabiel era realmente una molestia mayor, siendo un cadre de Grigori y realmente contando con diez alas, nadie en Kuoh actualmente podría tomarlo y sacarlo del tablero antes de que el caos cayera sobre lo natural.

Lentamente, los seguidores del caído habían tomado casi todos los fragmentos de Excalibur, exceptuando Rules y otros dos, lo que hacía cuatro trozo en la mano de Freed, el sanguinario exorcista descarriado que debió matar, pero que dejó vivir para seguir con el plan de Tomioka, quien creyó que el propio Freed era una pieza clave para el sanguinario caído.

Y realmente lo era.

Unos días después de que se mostró ante Kokabiel, Naruto descubrió que Freed era el principal portador de las Excalibur robadas al vaticano, todo gracias a los experimentos sobre el Proyecto Espada Sagrada tomado por Valper Galilei. Gracias a la esencia de unos niños muertos, Freed era capaz de tomar las espadas con su mano, así como mostrar unas habilidades con la espada, algo realmente destacable.

Naruto reconocía que Freed era ligeramente hábil con la espada. Perdido en la ira, el sacerdote parecía moverse mucho mejor que los cazadores promedios y demostró unos movimientos de espada y tácticas poco ortodoxos, siempre demostrando usar cualquier movimiento para la victoria. No era demasiado honorable; pero era práctico y útil cuando peleaba contra demonios.

Recordó, por un segundo, al grupo de la chica Gremory. Aquel [Caballero] rubio había sido presionado por el sacerdote. Fue superado por varios segundos, aunque la capacidad mejorara del cuerpo del espadachín de Gremory había sido lo decisivo en el duelo.

Pero en estos momentos exactos, con Freed Sellzen con una Excalibur, dudaba demasiado que los diablos pudieran lidiar con los movimientos de Kokabiel. Era un inmenso desgraciado, pero tenía planes que implicaban a todo el mundo sobrenatural.

Naruto apartó la vista de los pendientes, moviendo su atención hacia la ventana, observando la luna brillando en su ventana, plateada, como si lo estuviera observando. Lentamente, el muchacho volvió a mirar los pendientes hanafuda, tomando el otro que descansaba en la mesilla junto a su cama. Naruto miró la pareja de pendientes, recordando lentamente como su madre le contó sobre su antepasado, el primer Uzumaki, el hijo de la Diosa del Sol.

Según la leyenda, Uzumaki junto a un espadachín que más tarde se conoció como Tsugikuni Yorīchi, el primer usuario de la Respiración del Sol, el primero capaz de eliminar a los males de la noche.

Ambos, tanto Uzumaki como Yorīchi, enfrentaron al mal más grande que había aparecido en el mundo, incluso más que el anterior Lucifer. Este fue Kibutsuji Muzan, aunque en aquel tiempo se le denominó El Primer Demonio. Muzan había mostrado se capaz de crear legiones de demonios, siendo estos más feroces que los hijos de Lucifer, más fríos que los diablos y realmente amantes de la carne.

Solo dos cosas los podían detener: el sol mismo gracias a los poderes de la Diosa del Sol y las espadas Nichirin, creadas con el poder de la diosa en un modo protector hacia los humanos, a quienes ella estimaba. De entre los humanos que lucharon con Muzan, Uzumaki y Yorīchi fueron los que quedaron. Rodeados de los cuerpos inertes de sus compañeros, Yorīchi quiso tomar a Muzan usando la Respiración del Sol; pero Uzumaki lo detuvo y decidió hacer algo fuera del egoísmo humano.