Respiró hondo. Sintió como el aire entraba en sus pulmones llenando completamente su cuerpo de oxígeno nuevo, deshaciéndose así del anterior. Relajó los hombros bajándolos ligeramente, entrelazando las manos sobre su regazo mientras colocaba las piernas cruzadas tomando aquella posición famosa de flor de loto. Tiró hacia debajo de las piernas con los codos y estiró completamente su espalda, tomando una forma completamente recita mientras soltaba el aire que había tomado por la nariz, creando un ligero sonido de silbido que hizo competencia con el piar de los pájaros que lo acompaño. Uno de aquellos gorriones, se instaló en su moño de cabello rosa como si ese fuera su propio nido y hogar.
¿Cuánto hacía que no tomaba un momento de relajación, un minuto de meditación para calmar su mente? El caos, la guerra y las heridas de otros lo habían mantenido alterado completamente la última semana, estando pendiente constantemente por si su sobrino tenía algún cambio.
Naruto seguía en coma.
Tomó una nueva bocanada de aire manteniéndola por treinta segundos en su interior, sintiendo todo a su alrededor. Podía sentir como el fresco aire del alba acariciaba su piel como si fueran finos dedos alargados que recorrían sus brazos desnudos. Como era su costumbre, una camiseta sin mangas cubría su torso, quedando completamente empapada por el agua de la cascada que caía sobre él. Parecía casi una costumbre que había tomado posicionarse bajo una cascada de agua helada para meditar, pasando esa costumbre a su sobrino cuando lo ayudó a dominar el senjutsu junto al viejo sabio Jiraiya.
Exhaló completamente todo el aire en sus pulmones, hundiendo el pecho y bajando los hombros mientras mantenía los ojos cerrados, solo permitiendo que los otros sentidos lo cubrieran por si alguien intentaba atacarlo o interrumpir su momento de relajación. Y realmente no saldría demasiado bien parado si rompía su preciado momento relax actual, el cual no podía haber tomado desde hacía un tiempo.
Volvió a inspirar, subiendo los hombros e hinchando su pecho mientras el aire entraba. Mente en blanco, alejada de cualquier pensamiento. Esa era la función de la meditación y lo que había seguido para convertirse en un dios. Él, como otros, fue un humano en su tiempo, pero al contrario que los demás, abandonó todo lo que era mundano y maligno para poder tomar un puesto entre los dioses, puesto que luego lo hizo descubrir el lado cruel de todos aquellos dioses.
Hipócritas.
Dejó escapar el aire por su nariz nuevamente, bajando los hombros y hundiendo su pecho. Su cuerpo no era gordo, pero tampoco delgado. Si alguien lo estudiaba podría darse cuenta de lo formado que estaba y todo eso fue gracias a sus entrenamientos y meditaciones que lo llevaron a la iluminación.
Quiero algo dulce.
Cuando alcanzó aquel estado de divinidad, sin saber como se aficionó a la comida chatarra, a todos los dulces que alguien pudiera imaginarse, viéndose obligado a crear una fábrica de dulces en su pequeño pedazo de cielo que le había tocado, pero que podía mantenerlo completamente satisfecho por siglos. También era gracias a los trabajadores que daban todo por mantenerlo contento, que movían aquella maquinaria pesada que hacía subsistir sus enormes reservas de dulces en su hogar en el cielo.
Creo que aquí he terminado.
Abriendo los ojos y soltando el último suspiro de su meditación, Buda removió la cabeza y agitó la mano sobre su enorme moño de cabello rosado, espantando a aquel pequeño y gordo gorrión que había intentando tomar aquella maraña de cabello como un nido improvisado, como si él no fuera a moverse por el resto de su vida.
Aunque era algo factible para él. Así no tendría que lidiar con el caos reinante en el mundo sobrenatural. La crisis actual en el panteón nipón, estaba llevando a una creciente desconfianza por el lado Cristiano de todas las deidades sintoístas, dando pie a la presencia actual de demonios y ángeles por las zonas del archipiélago japones.
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Naruto: El Cazador de Demonios
Hayran KurguUzumaki Naruto es un estudiante normal en la academia Kuoh, con unas calificaciones promedias y sin nada demasiado destacable, salvo su enorme y sorprendente habilidad para el kendo. En un mundo donde lo sobrenatural parece haber cobrado vida de un...