CAPÍTULO 2

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Abraham nos lleva hacia un banco alrededor del que se encuentran varias fans y los miembros del grupo. Pide una ronda de cervezas para todo el mundo, una proposición acogida con
exclamaciones de alegria.

Cuanto más le observo, más me parece que está en su elemento en medio de la gente, saboreando el entusiasmo de cada uno. Parece llenarse de su energía y su dinamismo, como si cargase sus baterías para más tarde.

Una feliz combinación de circunstancias me permite poner mis posaderas en el final de un banco frente a él. Desgraciadamente para mí, me encuentro sentada al lado de Doris.

Esta tiene su nariz metida en la botella de cerveza, con sus mechones verdes sirviéndole de frontera. Parece tan locuaz como un carcelero.

Cuando levanta los ojos, sus bonitos iris que bien podrían ser encantadores, lanzan rayos en direccion a las fans.

No comprendo por qué.

Cuando se tiene un trabajo público como este, hay que esperar tener seguidores. Eso forma parte del juego. Y en este caso, el grupo existe, perdura y encuentra salas para tocar gracias a ellos.

- ¡Qué! - exclama molesta

Pillada en flagrante delito de espionaje, me muevo en mi asiento.

- Oh, perdona... no quería parecerte impertinente... - respondo incómoda ante su tono.

- Pues has perdido. Lo eres. - responde frunciendo el ceño.

Desvio en seguida los ojos hacia Abraham, que se ríe comprendiendo el juego de su bajista.

- No prestes atención al mal carácter de Doris, no es contra a ti - responde Abraham sonriendo mirándome.

- ¡No tengo mal carácter! No me gusta hacer de mujer florero después de los conciertos, hay diferencia. - gruñe.

Abraham contiene un suspiro echándose hacia atrás en el banco.
Doris y Abraham se miran, como si estuvieran teniendo una conversación silenciosa.

Siento una ligera opresión en el corazón al observar su proximidad.

¡Puede que salgan juntos!

- Al público le gusta nuestra música. No me veo como un florero. - responde Abraham relamiendo sus labios.

Su tono es burlón, pero su mirada contiene un brillo más profundo, mientras que mira a Doris. Esta mantiene la cara obstinadamente bajada hacia sus botas

- ¡Oh, sí claro! Las fans se cuelgan de tu brazo como si fueras un perchero. - pone los ojos en blanco - No vienen aquí a buscar nuestra música. ¡Vienen a por tu bonito trasero! - hace una mueca.

Abraham se parte de risa, golpeándose la rodilla, y luego, me echa un vistazo divertido.

- ¿A ti qué te parece, _____? En tu opinión, ¿Han venido a admirar mi bonito trasero? - pregunta Abraham mirándome divertido

¡¿Por qué me lo pregunta a mí?!

- Si él es sexy, habrá que esperar que sea ese el motivo. ¿Es sexy? - respondo algo incómoda al hablar de su.. trasero.

- No.. No tanto. - responde Abraham sonriendo encogiéndose de hombros.

- ¡Me parto de risa! Las tres cuartas partes de los fans que hay aquí son nenas, seguro que no están aqui por nuestra música. - responde Doris de mala manera.

Levanta la cabeza en mi dirección y clava sus grandes ojos verdes en los míos. Su intensidad, igual que su profundidad, me altera, se desprende de Doris una especie de tormento casi palpable.

Ángel Mío | Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora