Ángel Mío | Abraham Mateo

CAPÍTULO 22

Maratón 2/5

Es como si le arrancara un peso del corazón. Sus labios se funden de inmediato con los míos para robarme el más largo y más escandaloso de los besos.

He conocido otros labios antes que los suyos, pero nunca había tenido el sentimiento de estar tan completa. Nunca he tenido la sensación de ser tan deseable como en este momento, mientras que las manos de Abraham suben a lo largo de mi espalda.

Mi piel irradia luz a su paso, se vuelve ardiente y hambrienta de sus caricias.

- Podría pasarme la vida besándote, cariño. ¿Te das cuenta del efecto que provocas en mí? - su voz un poco agitada, me provoca varios escalofríos los cuales recorren mi espalda.

¡Pues sí! Seguro que en mis mejillas hay ya rojeces. Siento como una quemadura. No solo en mí, debido a él, sino por todas partes de mí. Su boca se aparta de la mía y su pulgar se posa en la curva de mis labios. Me observa, con sus ojos brillantes e intensos.

- Dime, ¿Por qué creías que me estaba viendo con otra? ¿Qué te ha hecho pensar una cosa como esa?¿He hecho algo mal? - su tono de voz es suave y dulce, noto en ella la preocupación.

- No, esta noche no has hecho nada malo, es más bien lo contrario, me he sentido en una nube todo el día. Pero eso también me asusta, ya me has echado de tu vida una vez sin motivo, y ahora, todo esto... ¿Qué debo pensar? - suelto un suspiro, mientras que la mirada de Abraham busca la mía. Siento la tensión invadir sus músculos.

Su mandíbula se tensa. Aunque tiene el pulgar sobre el borde de mi boca, su tacto se vuelve tenso. Tomo una inspiración, indecisa sobre las siguientes palabras que decir. Tiene derecho a saber que no es responsable de esta situación, sino que su llamada amiga deja de interponerse en nuestro camino.

¿Por qué iba yo a ocultar eso?. La situación es delicada, camino por la cuerda floja. Criticar a su amiga no es la mejor manera de empezar una historia. Pero, ¿Tengo elección?

Toso un poco, pero Abraham coge mi mentón y me obliga a mirarlo a los ojos.

- Dime quién te ha dicho pensar eso. - murmura mirándome con atención.

- Cloe me ha dicho que te veías con alguien, ha dado a entender que tú... te acostabas con otra mujer, mientras que empezábamos a salir tú y yo. Ha dicho que... en realidad... yo... - intento bajar la cabeza, cada vez más avergonzada, pero Abraham no me deja apartarme. - Ha dicho que yo... no satisfacía tus necesidades...

Abraham se echa hacia atrás bruscamente y me da la espalda. Sorprendida por su reacción, miro su nuca. De pronto, le oigo soltar un gruñido y veo que aprieta los puños. Igual violentamente, se aleja en dirección al mar, hacia la arena mojada.

Voy detrás de él automáticamente y me paro a su espalda. Su nuca está tensa y sus puños siguen cerrados. Veo que Abraham inspira profundamente. Luego, afloja lentamente los puños y pasa los dedos por sus mechones despeinados. Se vuelve hacia mí, su rostro está serio, enfadado. De repente, tengo miedo que sea conmigo.

...

Pero me equivoco por completo. Viene hacia mí, me coge por las caderas y las presiona contra las suyas. Y su boca ser abalanza sobre la mía. Me quedo aturdida en sus brazos, me cuesta creer lo que pasa.

Nunca me había dolido tanto besar a un hombre, ni siquiera cuando mi ex me trató como la peor de la peor. Me duele porque tengo sed de él, hambre de él, y todo mi universo parece concentrarse en sus labios.

Me agarro a su nuca, de puntillas, para degustarlo más y dejarme llevar por su tórrido beso. Aparta sus labios de los míos y posa su frente contra la mía.