Los focos barren el lugar, creando una especie de caleidoscopio de colores. Los ojos de Matt brillan, parece excitado como un chiquillo.
- Ya verás, seguro que te encantan - dice Matt emocionado.
- Te deshaces en elogios hacia ellos... Esperemos que no te equivoques - respondo sacándole la lengua.
- ¿Y si no qué? - me dirige un guiño burlón, desafiándome a continuar.
- Me compensarás invitándome al mejor restaurante de la cuidad, con un menú muy caro - respondo sonriendo y termino guiñándole el ojo.
- ¡Que interesada! - responde burlón sacándome la lengua.
- No, qué va... soy solo una mujer que se merece que la inviten a un buen restaurante - sonrío mirándolo orgullosa.
Matt se ríe cogiéndome por los hombros.
- Vales mucho más que eso, _____. ¡Me aburría mucho sin ti! - hace un puchero mirándome como un cachorrito esperando mimos.
- Oh, ya lo sé, estarías desbordado de trabajo y no tendrías ni un kleenex para limpiarte la nariz. - respondo burlona y beso tiernamente su frente.
Simula sentirse ofendido y gesticula. Le dirijo mi más bonita sonrisa, y disfruta sonriéndome a su vez.
Después de tres pisotones seguidos, consigo por fin acercarme al escenario. Matt está detrás de mi. Ya era hora: cerca de la barra, suena un timbre anunciando el principio del concierto.
Hace tres días que Matt me habla del grupo sin parar.
Y además, siento mucha curiosidad porque el cantante del grupo, Alan, es un desarrollador que trabaja también en Harper's. Los instrumentos ya están instalados, e iluminados como una intensa luz plateada.
De pronto, me recorre un escalofrío por la espalda, las luces acaban de apagarse de golpe, dejando la sala a oscuras.
- ¡Ay, ya empieza! - exclama Matt emocionado.
La voz de Matt vibra en mi cabeza. Luego se instala el silencio en el bar. Mi corazón se acelera. Con los ojos clavados en el escenarios, apenas distingo un ligero reflejo en el pie del micrófono.
Mi oído intenta captar algún sonido. Adivino movimiento en el escenario, ligeros ruidos de pasos e instrumentos que manipulan. Y cuando surge bruscamente la luz, me quedo sin aliento.
La batería explota en la sala, como un latido de corazón rápido y acompasado. La luz gira por encima del publico y se posa por fin en el escenario, iluminando a los miembros del grupo.
Cuando la luz se para sobre el cantante, el público se vuelve completamente loco. La batería acelera, atronadora, como una bestia liberada de sus cadenas que se pone a correr a toda velocidad para escapar de los cazadores.
Mi mirada cae primero sobre el cantante. Alan, un moreno alto, con el pelo largo e inmensos y fascinante ojos azules. Me quedo maravillada, es magnético y parece aspirar el oxigeno de la sala. Todas las miradas clavadas en él.
Su voz grave se insinúa por todas partes como un delicioso veneno, comprendo por qué las chicas que me rodean gritan su nombre con todas sus fuerzas. Algo introvertida por naturaleza, me contento con mirar al cantante a mi gusto, y luego a los otros miembros del grupo.
A su derecha, Doris, la bajista, una bonita mujer cubierta de tatuajes, tipo chica mala de las calles, parece concentrada en su bajo. Matt me ha avisado de que no solo es su estilo de vestir. Frunce el ceño y parece realmente enfadada.
Un juego de luz interrumpe de repente mi examen. Va hacia el público que levanta los brazos excitado, y luego nos sumerge un instante en la oscuridad.
Me encanta la música, aporta ritmo, vida.
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Ángel Mío | Abraham Mateo
FanficElla ha estado viviendo en la ciudad de Nueva York durante varios meses trabajando en uno de los pisos de un edificio enorme rascacielos de cristal con vistas a Manhattan. Su vida siempre ha ido muy bien, tiene un trabajo estable, sus amigos son lea...