CAPÍTULO 57

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GRAN MARATÓN 9/10

El resto del fin de semana ha pasado sin ningún otro choque.

Abraham me ha enseñado una foto de Ava. Una bonita morena, con sonrisa infantil. Mi corazón se ha encogido por tristeza. El rostro de Abraham, al ver la foto, era tan triste que no he podido evitar sentir lo mismo.

No me atrevo a imaginar lo que representa la pérdida de un ser querido. Si eso me ocurriera. ¿Cómo reaccionaría?

Prefiero no pensar en eso...

La madre de Abraham me ha dado un beso antes de irnos. ¡Estaba tan feliz por que su hijo rehaga por fin su vida!

Su padre se quedó hacia atrás pero asintió con la cabeza mirándonos. Supongo que eta un gesto para darnos su apoyo. Abraham ha esbozado una vaga sonrisa dirigida hacia él.

El conflicto entre los dos no está resuelto, pero de todas formas, no creo que se solucione de un día para otro. Son realmente opuestos, pero al menos, no se tiran los platos a la cabeza, y eso ya es algo.

Hemos estado en silencio una parte del viaje de vuelta. Yo miraba por la ventana viendo los paisajes desfilar. He pensado que la vieja camioneta de Abraham desentonaba con el mundo que acabamos de dejar.

Ha sido un extraño fin de semana.

Abraham pone la mano en mi rodilla, sacándome de mis pensamientos.

- ¿Estás bien? - murmura mirándome de reojo mientras maneja.

- Estoy muy bien, me siento feliz de haber hecho este viaje contigo. - sonrío tomando su mano que se encuentra sobre mí rodilla.

- Me alegro que me hayas empujado a hacerlo. Ahora, no tenemos secretos el uno para el otro.

- Y estoy encantada, de verdad.

- Ahora, te toca a ti llamar a tus padres y hablar un poco con ellos, para intentar arreglar las cosas.

- No estoy segura de que eso sea posible. - hago una mueca y sacudo la cabeza.

- Si no lo intentas, nunca lo sabrás.

- Tienes razón, está claro. Pero conozco a mis padres y las cosas no van a ser tan sencillas.

- No hay nada sencillo en la vida, cariño.

Le dirijo una pequeña sonrisa triste.

- Si, ya sé que debo escucharte y que te lo he prometido, de todas formas. ¿Estarás a mi lado cuando llame?

- ¡Claro, no voy a dejarte sola! ¡Tú y yo hasta el final, cariño!

Entremezclo mis dedos con los suyos, su pulgar me acaricia entonces la mano.

- Hasta el final, eso me gusta. - sonrío, inclino la nuca sobre el respaldo de mi sillón y suelto un suspiro, estirando mis brazos hacia delante.

Abraham me observa de reojo, con una sonrisita pícara en los labios.

- ¿Qué pasa? - cuestiono arqueando una ceja.

- Estaba pensando en la suerte que tenía por haberte encontrado, pero cuanto más te miro, más pienso que es mucho más que eso.

- ¿Mucho más? - sonrío tontamente mirando su hermoso perfil.

- ¡Estoy completamente enganchado! Soy adicto a ti..

...

Abraham me ha dejado en mi casa y ha vuelto prudentemente a su departamento. El fin de semana ha sido más que intenso, y los dos necesitamos descansar.

Ángel Mío | Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora