Me sorprende tanto su pregunta que le digo que me la repita.
- ¿Quieres que Owen se quede contigo?
El principal interesado me examina, aunque no debe haber escuchado la pregunta de Abraham, parece esperar una respuesta que no estoy en condiciones de dar. No quiero herir a Owen, aunque no sea ni débil ni ingenuo, pero no quiero tampoco herir a Abraham.
- Estoy en una situación delicada... No puedo responderte a eso... - digo mirando de reojo a Owen nerviosamente.
Mi frase arranca una sonrisa burlona a Owen, que levanta maliciosamente una ceja, Abraham se ríe por el móvil.
- ¿Te hace gracia? - frunzo el ceño.
- Me hace gracia la manera delicada de tratarnos a uno y al otro... ¿Para qué me llamas exactamente?
La respuesta me parece más que evidente, a menos claro que prefiera que su amigo se quede en mi sofá coqueteando conmigo, al estilo Owen.
- ¡¿Tú que crees?! - respondo con un tono burlón.
- Yo qué sé, por eso te lo pregunto. ¿Quieres que vaya a echarlo? ¿Quieres dejarme e irte con él? ¿Quieres que le diga que te deje en paz? - guarda unos segundos silencio y, prosigue. - Acláramelo, cariño, porque... no sé muy bien en qué punto estamos, tú y yo.
De repente, soy consciente del miedo en su voz y del alcance de sus dudas. Es verdad que no hemos vuelto a hablar desde que estuve en su cocina cuando me confesaron su implicación en el pirateo de Harper's.
- Ya sé que no hemos hablado mucho, y que estamos como en suspenso, los dos, pero te necesito. - respondo con una voz suave y trato de tranquilizar esos miedos.
- Vale...
Y cuelga, dejándome petrificada al otro lado del móvil. Aparto el aparato de mi oído y lo miro como si fuera un monstruo. Debo parecer una retrasada, porque Owen arquea una ceja y se echa hacia atrás del sofá, pero sus rodillas siguen contra las mías.
- ¿Qué ha dicho?
- Ehhh.... Vale.
Se echa a reír, y luego pasa la mano por su cabello todo despeinado. No deja de mirarme.
- ¿Estás más tranquila porque sabe que estoy contigo?
- Supongo que se puede decir eso, no tengo ya tanta sensación de clavarle un cuchillo en la espalda. - suelto un suspiro y froto mi rostro con mis manos.
- No habéis vuelto a estar juntos todavía. Estoy aprovechando la fase de reflexión. - sonríe de una forma perversa.
- Eso no es motivo para actuar de forma deshonesta.
- Solo estamos cenando, _______. - suelta una risita y sacude la cabeza.
- ¡Eso! ¡Piensa solo en la comida!
- No... pero sé contenerme. - me guiña un ojo. Su franqueza me propina un derechazo en la mandíbula. Se echa hacia atrás echándose a reír, y luego coge de la mesa su plato que se está enfriando. - ¿Quieres comer ahora y dejar de asustarte?
- Si me prometes ser bueno, me gustaría hacer un esfuerzo.
- Yo siempre soy bueno... - vuelve a guiñarme nuevamente un ojo con una sonrisa socarrona entre los labios.
Mascullo y termino por ceder. Cojo el plato que está en la mesa y me sirvo yo también. El hambre vuelve a toda velocidad, me concentro en el plato, los minutos siguientes. Owen respeta mi silencio, aunque no deja de mirarme, como si intentara analizarme sin parar.
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Ángel Mío | Abraham Mateo
FanfictionElla ha estado viviendo en la ciudad de Nueva York durante varios meses trabajando en uno de los pisos de un edificio enorme rascacielos de cristal con vistas a Manhattan. Su vida siempre ha ido muy bien, tiene un trabajo estable, sus amigos son lea...