Ante esa confesión, no puedo evitar balbucear.
- No... eh.... no hay nada estropeado...
- Para ser franco contigo, quise invitarte al minuto de conocerte, cuando estábamos en los bastidores, pero no se me dan muy bien las cosas serias - muerde su labio inferior y mira hacia otro lado algo incomodo ante su confesión. - Quería mostrarte una parte de mí que nadie ha visto nunca. - vuelve a mirarme con una pequeña sonrisa en los labios.
- ¿Para estar seguro de que no soy una fan más?
- Sí, ser lavaplatos en un restaurante, rompe el mito del batería viril, ¿No? - sonríe.
- Baterííííííííííaaa sexyyyyyy.... - chilla Cheche interrumpiendo este momento.
Un montón de plumas azules pasa bajo nuestros ojos. Abraham lo observa, con las cejas arqueadas. Una sonrisa divertida se dibuja en sus labios.
- Un loro... - murmura sonriendo y mirando con atención a Cheche.
- ¿Cheche? No... Es más bien una criatura maligna, charlatana y sin cerebro. - respondo burlonamente.
- Pero que me encuentra sexy... - alza su vista hacia mí con su sonrisa divertida entre los labios.
- No, qué va, sin lugar a dudas, lo has entendido mal, mi loro es ciego. - suelto una risita mirándolo fijamente.
El loro en cuestión se posa en un mueble y clava sus pequeños ojos malignos en los de Abraham, moviendo la cabeza con cara de entendido.
No, pero bueno... ¡Si parece que en verdad encuentra sexy a Abraham! ¡Esto es el colmo!
- Baterííííííííííaaaa sexyyyyyyyyy... -vuelve a chillar.
- ¡Ya lo hemos oído! - exclamo sonrojándome y lo espanto con un gesto de la mano. Mi guacamayo bate las alas por encima del salón. Cruzo la mirada burlona de Abraham y sonrío con cara cómplice. - A mi loro no parece importarle tu trabajo, en cuanto a mí, creo que aporta más encanto al batería, el músico que se ve obligado a trabajar duro para vivir de su pasión... Me gusta mucho el lado apasionado.
Abraham levanta la mano y, a medida que sigo su trayecto, mi cuerpo parece cobrar vida. Sale de su confortable crisálida para entrar en la boca del lobo. Su dedo roza mi mejilla y la línea de mi mandíbula.
- Quería que las cosas estuvieran claras entre nosotros. ¿Te has ido por culpa de Cloe?
Asiento con la cabeza.
Abraham se acerca a mí. Su perfume y su calor me invaden. Cierro un instante los párpados saboreando este momento.
- ¿Te has ido por culpa de Cloe? - su voz insistente me parece más oscura y más grave.
Al abrir los ojos, me doy cuenta de que ya no sonríe, per sus pupilas están clavadas en las mías.
- Sí.
- ¿Te molestaba que pudiera salir con ella?
- Sí.
- ¿Por qué?
- Porque yo también quería pasar la velada sola contigo.
- ¿Por que? - su pulgar roza mis labios y mi cuerpo se enciende.
- Para saber si lo que siento es real o no.
Una arruga aparece entre sus cejas. Retira su mano de mi cara, dejándome en el frío. Da un paso atrás, como para restablecer una distancia más que física entre nosotros. No sé cómo interpretar este gesto.
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Ángel Mío | Abraham Mateo
FanficElla ha estado viviendo en la ciudad de Nueva York durante varios meses trabajando en uno de los pisos de un edificio enorme rascacielos de cristal con vistas a Manhattan. Su vida siempre ha ido muy bien, tiene un trabajo estable, sus amigos son lea...