Ángel Mío | Abraham Mateo

CAPÍTULO 7

Sentada en mi sofá, con Cheché en mis rodillas, miro la tele apagada. Es tarde, debería dormir, pero estoy dándole vueltas a la película de esta noche.

No estoy muy segura de que se pueda decir que todo empezó bien en ese restaurante.

Me había imaginado una cita más íntima que la que ha tenido lugar. Encontrar a Owen, el amigo de Abraham, no ha sido desagradable. Aunque no era lo que me esperaba, al menos he podido entrar un poco en su mundo.

Abraham me ha abierto una puerta que yo he atravesado rápidamente. Pero después... Todo iba bien hasta que ha llegado ella.

¡Cloe!

Odio ese nombre.

Me mordisqueo los dedos mirando mi reflejo en la pantalla de plasma, y luego echo mi cabeza hacia atrás. Mi corazón late aún pesadamente.
Esta noche habría podido ser maravillosa, o, por lo menos, ser el principio de algo más importante. Pero todo ha estallado como una burbuja.

La explosión tiene los rasgos de una mujer hermosa, debo reconocerlo. Parece una actriz de cine, con el cabello moreno y largo, el cuerpo musculosa de una surfista, unos ojos azules que desmayan...

Puedo competir con ella, es verdad, aunque no tengo un físico de una surfista, no soy fea tampoco. Tiene que haber para todos los gustos.

Suelto un profundo suspiro pasando la mano por las plumas de Cheché.

Cuando estoy a punto de irme a la cama, para dejar de pensar, suena mi móvil.
Me inclino para cogerlo de la mesa baja. Estoy sorprendida y siento mi corazón acelerarse: es Abraham.

SMS DE ABRAHAM:
"¿Has vuelto sana y salva?"

Dudo en responderle. Después de todo lo ocurrido esta noche, me siento ridícula.
Me cuesta creer que aún me hable. Debe pensar que estoy chiflada.

- ¿Le respondo al batería, Cheché? - miro a mi loro.

- Bateríííííííaaa sexy.... - chilla.

Hablar con mi loro demuestra mi grado de perdición para la humanidad, o más bien por Abraham.

Parece preocuparse por mí, y no puedo dejarlo en una situación incómoda. Lo haré, porque soy una persona educada.

¡Eso es! ¡Soy una persona educada!

Mi móvil suena de nuevo, provocándome un sobresalto de sorpresa. Enciendo de nuevo la pantalla, con las manos sudorosas.

SMS DE ABRAHAM:
"¿_____? Estoy preocupado, por favor...."

Inspiro profundamente y tecleo en mi pantalla táctil. Mi pulso casi me duele.
No sé cómo interpretar su preocupación. ¿Debo ver ahí algo más?

SMS PARA ABRAHAM:
"He vuelto sana y salva"

Dudo en añadir: "Gracias por esta noche". Porque no sé si debo agradecerle la noche más espantosa de mi vida, aunque no sea él el responsable...

SMS DE ABRAHAM:
"Te has ido tan repentinamente..."

¡Y con razón! Lo estaba pasando fatal, mi corazón rozaba el ataque... He hecho ya suficientemente el ridículo.

SMS PARA ABRAHAM:
"Es tarde, mañana tengo que madrugar"

La respuesta no se hace esperar.

SMS DE ABRAHAM:
"Perdona, por mantenerte despierta aún"

Honestamente no tengo ninguna gana de irme a la cama, quiero que siga hablándome... ¡Definitivamente no tengo voluntad ninguna!