Si ven un error me avisan, gracias los tqm.
Leah:
Matt acaba de dejarnos frente a nuestro departamento a mí y a Elena.
Aún sigo sintiéndome como una idiota por haberle tomado la mano a Matt ¡¿En qué estaba pensando?! Recuerdo su rostro confundido y sus ojos mirándome fijamente y vuelvo a ponerme del color de un tomate, es que ni siquiera lo hice con esa intención, supongo que lo malinterpretó; sé que en esto que ahora tenemos no debo tomarle la mano ni hacerle demostraciones de un amor que no hay y que él no desea.
Intenté no tensarme pero fue inevitable, me puse tan nerviosa y me avergoncé tanto que terminé quedándome callada por un gran trayecto de camino a Moscafé —aun no puedo creer que Matt no había ido ahí nunca, ¡venden los mejores cupcakes y cafés de la ciudad!—, él lo notó pero tampoco intentó hablar en el tortuoso silencio que nos inundó.
Después de un par de minutos el bochorno desapareció y gracias a que yo lo invité a tomar un café, cuando fue la hora de ordenar debí hablarle. Ya que Matt no había ido antes a esa cafetería yo ordené por los dos y nos sumimos en una conversación ligera y común, en la cual salió a relucir que me llevaría a uno de esos lugares costosos que él frecuenta gracias a que yo lo llevé a Moscafé, me sorprendió oírlo decir que solo estaba sentado ahí frente a mí por complacerme, fue algo que no me esperé, no lo había imaginado ni en mis más remotos sueños, así que acepté salir con él a uno de esos sitios tan extravagantes a los que a él le gusta asistir solo para estar a mano.
Luego de estar ahí y esperar nuestras órdenes, noté que llegó un mensaje a su celular que por un momento lo puso inquieto y ¿por qué no? algo alterado también. Le pregunté que si sucedía algo pero dijo que no —cosa que realmente no me sorprendió, me hubiese sorprendido si él me hubiera respondido la pregunta— y luego de un par de minutos creo que se calmó —y si no lo hizo, lo disimuló bastante bien—. Cuando la mesera llegó con nuestras órdenes casi que Matt se relamía los labios con lo deliciosa de la malteada —y yo lo sabía porque esa combinación es realmente deliciosa—, no pude evitar reír al preguntarle qué le pareció la malteada y que él dijera:
He probado mejores.
Y lo peor de todo es que se le notaba la fascinación por la bebida, porque la primera vez que sorbió por la pajilla la malteada soltó un gemido bajo gracias al impactante y delicioso sabor —gemido que yo no ignoré gracias a que mis piernas se tensaron— y no dejó nada en el vaso. Después de beber y comer nuestras bebidas y alimentos buscamos a Elena quien ya había salido.
La sorpresa de mi hermana al mirarme ahí de pie con Matt a mi lado no se pudo notar más, quedó muy impactada al vernos a ambos esperar por ella. Cuando nos dirigimos al auto de Matt —que es tan impresionante como él— todos y cada uno de los integrantes del club de apoyo que salían del edificio se quedaban mirándonos, a Elena pareció incomodarle, a Matt parecía que no le importaba —claro que no le importaba, de seguro ya está acostumbrado— y yo solo me quedé algo impactada al ver como tantas personas no pasaban desapercibido a Matt.
Luego de subir por el ascensor nos encontramos ambas frente a nuestro departamento; abro la puerta y espero a que Elena entre. Ella no ha dejado de preguntar el por qué Matt fue por ella al club de apoyo.
— ¿Es tu novio? —pregunta por milésima vez, haciéndome rodar los ojos.
— Qué no, Elena —corto nuevamente mientras camino con fastidio hacia el refrigerador, tengo algo de sed.
— ¿Por qué sigues mintiéndome?—bufa, poniendo con cuidado sobre la mesa un jarrón que hicieron hoy en el club, sonrío al volver a mirarlo y decido preguntar por él—. Si lo son.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
Teen FictionSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...