Capítulo 38| Cobarde.

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Matt:

Me despierto al sentir como Leah sale de la cama. Frunzo el ceño y evito abrir los ojos, sé que no se acuerda de nada lo que pasó anoche y ahora que está lúcida es tiempo de tener una conversación seria.

Trago saliva y me tallo los ojos. Cuando los abro ella ni siquiera está en la habitación. Me doy cuenta de que está en el baño gracias al sonido de la ducha. Respiro profundo y vuelvo a recostarme sobre la cama. No sé qué hora es.

Me estiro nuevamente mientras con la vista comienzo a buscar mi ropa por toda la habitación. Para Leah la mejor solución que podría existir ahora es que yo me fuera, pero obviamente no lo voy a hacer, tengo que aclarar muchas cosas con ella, sobre todo la parte en la cual me mintió y se embriagó con otro tipo en un bar.

Cuando anoche llegué a su departamento y me encontré con la noticia de que no estaba, seré sincero al decir que pensé de todo mientras una ira descomunal me consumía, Alice intentó remediar las cosas pero al mirarla dudar supe que mentía. Le insistí tanto hasta que logró decirme que había salido por unos tragos con unas amigas a un local por ahí cerca,  lo que fue una verdadera mentira, sé que ella no tendría necesidad de mentir si de salir con una amigas se trataba, lo cierto es que fingí creerle y comencé a buscarla como todo un jodido desquiciado. Además de furioso, realmente estaba preocupado por lo que ella pudiese estar haciendo y con quien.

Revisé cerca de siete jodidos bares antes de dar con ella. Mi sorpresa al encontrarme con el imbécil del ojiazul a su lado me dejó perplejo, y ya luego, al ver a Leah de pie sana y salva, la preocupación disminuyó y se convirtió en enojo por la mentira de Leah. Se veía con él. Mi primer deseo fue partirle la cara en dos a ese imbécil, luego, al saber que se le declaró a Leah cuando ella estaba ebria, quise molerlo a golpes hasta que no pudieran reconocer su cara ¿Qué mierdas le pasa a ese idiota? Me calmé al oírla decirme que lo rechazó, y nada más y nada menos que por mí. Su confesión dentro del auto hizo a mi corazón acelerar, suena muy cursi pero así fue; no se lo diré, no le diré que me encantó como decía que yo era el dueño de su corazón, que adoré cuando en medio de gemidos me dijo te quiero, no quiero hablar de ella y de los estúpidos sentimientos que comienza a despertar en mí, no quiero arruinarlo.

No sé si debería molestarme, preocuparme…la verdad es que ni sé que sentir. Anoche sentí decepción, me mintió y eso solo me hace pensar muchas cosas para nada buenas entre su otro jefe y ella. Si no hacía nada con él ¿por qué demonios mentir?

Ni siquiera sé si debo hablar con ella. Al fin y al cabo no debería estar celoso ni molesto, ni mucho menos con ganas de reclamarle. ¿Qué es lo primero que ella dirá? Que no somos nada, y al fin y al cabo es cierto, no debo siquiera hacerle mención de nada.

Respiro hondo y me tallo la cara de nuevo. ¿Qué jodida mierda estoy sintiendo?

Mi estómago se retuerce al notar como la puerta del baño es abierta. Una Leah envuelta en una toalla sale de ahí y me mira con una expresión de asombro y horror.

— ¿Tan feo estoy? —pregunto, pasándome la mano por el cabello con la intensión de despeinarlo un poco más.

Respira hondo. La observo nerviosa, sé que lo está.

— Pensé que te habías marchado ya —sus labios rosas forman una línea recta y sus ojos evitan mirarme.

— Debemos hablar —me decido por conversar del tema. Fingir que no pasó lo de anoche no es una opción.

— Lo sé —murmura, cabizbaja—. Necesito cambiarme.

Asiento y me doy vuelta dándole la espalda porque, aunque tenemos sexo todo el tiempo, sé que le gusta la privacidad.

Cayendo Por Ti [Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora