Cayendo Por Ti [Completa✓]

Capítulo 27 | ¿Qué Está Pasandome?

Disfruten ❤️.
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Matt:

Ayudo a Elena a subir al auto. Decidí dejarla con Trini porque al parecer Mikhail y Nat saldrán esta noche y no me molestarán con preguntas sobre quien es Elena.

Cuando ya ella tiene su cinturón de seguridad y está lista, enciendo el auto y comienzo a andar.

Coloco música para desaparecer el silencio que crece entre ambos, pero cuando la música aún está baja, ella es quien rompe el silencio.

— ¿Quieres a Leah? —aparto la vista del camino solo para observarla, tal vez tiene algunos rasgos demasiado parecidos a los de su hermana que la hacen muy bonita.

— ¿Ah? —entendí la pregunta, pero hacerme el desentendido solo me dará tiempo de pensar en mi respuesta.

Me mira con cara de pocos amigos.

— Lo oíste bien. Te pregunté si la quieres.

Río de manera forzada.

— No creo saber responder esa pregunta.

Se ríe, burlesca.

— ¿Por qué?

— Porque...no lo sé.

— Sí lo sabes —insiste, y eso me hace rodar los ojos.

— No puedo creer que esté discutiendo de esto con una niña —digo entre dientes, haciendo a Elena reír.

— No soy una niña.

— Bueno, lo que sea, una adolescente —cambio de término para no hacerla molestar.

— Pre-adolescente —ruedo los ojos.

— Ajá —me detengo en un semáforo.

— Leah parece quererte —dice ella en tono bajo.

Eso me hace mirarla fijamente.

— ¿Ella te lo dijo?

Sonríe de una manera que logro captar como triste.

— No necesita hablar cuando sus ojos adquieren un brillo que hace mucho no tenía cuando te mira.

— No entiendes esto...estás muy pequeña —intento detenerla, sus palabras quizá son algo que no quiero escuchar ahora.

— No soy muy pequeña. Sé sobre el amor.

— ¿Qué te hace creer que eso es lo que hay entre nosotros? —alzo una ceja en su dirección.

— He leído muchos libros de amor...

— Yo igual. Tengo una biblioteca gigante.

Parece que sus ojos brillan.

— ¿Hacia dónde vamos?

Sonrío al verla emocionarse, es idéntica a su hermana.

— Sí, ahí.

— ¿Puedo verlos? —casi suplica y eso me hace reír, obvio no tengo ningún problema con que ella los vea, ni mucho menos le pediré algo a cambio cómo hice con su hermana.

— Claro —acepto, sin darle importancia.

— Volviendo al tema... —eso me hace dar un suspiro sonoro, creí que lo había olvidado— ¿Sabes? he leído tantos libros de amor que creo que me volví creyente de ellos.

— También yo, pero creo que no veo el amor de la misma forma que tú.

— Suenas como un chico herido, roto. Cómo los de esos libros que he leído que necesitan amor para sanar.