Leah:
Años. Esos eran los que habían pasado desde que no me sentí así.
Las sensaciones que me están recorriendo me hacer sentir un horrible Deja vu.
Me siento acorralada, en crisis y con un miedo inmenso al saber que la única persona por la que vivo está en medio de un lavado estomacal y que casi pierde su vida por ello.
Pensé que Elena había mejorado, pensé que sus pensamientos suicidas ya no estaban y que ella estaba feliz, conforme con la vida que estábamos llevando.
Esto es mi culpa por pensar cosas estúpidas que obviamente no eran y por no prestarle la debida atención a mi hermana. ¿Cuándo fue que dejé de preocuparme por si estaba bien? ¿Cuándo fue siquiera la última vez que toqué el tema de mamá con ella? estaba tan sumida en mi vida que olvidé la suya.
Mis manos están temblorosas mientras miro la punta de mis pies sentada en la sala de espera. Alice se acerca a mí con un café que no se a donde fue a comprar y luego se sienta a mi lado.
Estas salas de espera no me gustan, de hecho, no me gustan las clínicas en sí. Las paredes y piso blanco, su olor en su mayoría a cloro y alcohol, las personas con caras largas y tristes de aquí para allá. No es mi ambiente porque reviven recuerdos dolorosos que prefiero se mantengan enterrados.
Mi mejor amiga pasa su mano abierta por mi espalda en una caricia reconfortante. Mis ojos aún se mantienen fijos en la cerámica blanca del suelo y aprieto mis dedos de vez en vez al no tener noticias de mi hermana menor en un largo rato.
— Estará bien, Le —es lo que dice Alice, recostando su cabeza sobre mi hombro—. Es fuerte, ambas lo son.
Trago grueso ante sus palabras.
«Fuerte» No me siento así cuando en realidad me estoy desmoronando.
— Es mi culpa, la descuidé —digo, segura. Mis ojos se llenan de lágrimas.
— No es tu culpa, Le —se acomoda y toma mi mentón para que la mire—. Las cosas que le pasan no son tu culpa, deja de siempre decir lo mismo.
— ¿Cómo no sospeché que haría algo así? ¡En unos días es el aniversario de muerte de mamá y yo solo estaba jugando cuidarla cuando en realidad no estaba haciendo nada!
— Basta —insiste mi mejor amiga cuando ve que me altero. Sus ojos azules también están brillosos por las lágrimas.
— Soy una mala hermana, soy una mala hermana —repito como si fuese un asqueroso mantra. Me estoy odiando en este momento.
Me cubro el rostro cuando ya no puedo contener las lágrimas.
— Ahora mi pequeña…
— Tú pequeña va a estar bien, lo prometo —me abraza y las lágrimas también se le salen a ella—. Nuestra pequeña se pondrá bien.
Pasan largos minutos en los cuales solo permanecemos en silencio, ella abrazándome en todo momento y yo no dejo de pensar en lo idiota que soy al no darme cuenta de que ella, ahora más que nunca, me necesitaría.
— Familiares de Elena Adams —una doctora sale de pasillo por el cual se llevaron a mi hermana a la hora de entrar.
Me levanto como un rayo y Alice me imita. Zayn, Marcus y los mellizos, los cuales han mantenido una respetuosa distancia, también se acercan a escuchar.
Le avisé a mi tía, pero no puede venir porque la clínica no es un buen lugar para mí primito, sin embargo, Alice me dice que cada media hora llama a preguntar por la salud de Elena.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
Teen FictionSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...