Cayendo Por Ti [Completa✓]

Capítulo 1| Matthew Gadaff.

Leah:

— ¿Es en serio, Haely? —mis ojos miran con cierta suplica a mi jefa. Bueno, según lo que acaba de decir se acaba de volver mi ex-jefa.

— Lo siento tanto, Leah. Pero en serio necesitamos que trabajes a tiempo completo, si no puedes con eso lo siento pero tendrás que dejar de trabajar aquí.

Me muerdo el labio inferior mirando la hoja que recién me extendió, es la carta de renuncia.

El cine local es uno de los mejores empleos en los que he estado, eso sin contar que también me siento completamente a gusto con mis compañeros de trabajo. No puedo creer que Haely me esté haciendo esto sabiendo por todo lo que estoy pasando, sabiendo que no puedo estar sin trabajo.

Miro a mi ex-jefa quien tiene una sonrisa triste plasmada en los labios.

— Lo lamento, Leah —vuelve a disculparse saliendo de su oficina y dejándome sola.

Siento un nudo en el estómago al oír la puerta cerrarse tras ella salir. Tener que renunciar a este trabajo en serio es un problema, sin embargo no puedo aceptar su propuesta de trabajar a tiempo completo por la universidad.

Debo pensar en cómo conseguir un nuevo empleo de medio tiempo, tampoco puedo dejar de trabajar.

Me siento frente el escritorio de Haely y comienzo a rellenar el formulario de renuncia. Cuando por fin lo tengo listo salgo de la oficina. Me encuentro con el amplio pasillo que lleva a las afueras del cine. Camino por ahí a paso firme hasta que encuentro la puerta de salida.

Al salir el olor a palomitas inunda mis fosas nasales haciendo que el estómago se me revuelva. La noticia de que ya no trabajo aquí me pone algo sensible.

Observo hacia la barra donde los chicos se encargan de preparar todo y entregar los boletos. Le sonrío a Alice quien acaba de separar la vista de los refrescos que servía para observarme.

— ¡Espera un minuto! voy en seguida —musita por lo bajo haciéndome asentir. Busco con la mirada a Haely sin obtener resultados, en cambio mi vista choca con la de Ted, un compañero de trabajo con el que salí algunas semanas.

— Lo siento mucho, Leah —dice mientras se acerca a mí, otorgándome una de sus sonrisas. La verdad no es un chico súper guapo de esos que parecen de revista, solo es un chico común con una bonita personalidad—. Encontrarás otro trabajo pronto. Lo prometo.

Sonrío débilmente.

— Eso espero.

— ¿Cómo estás? ¿y Elena? —la mención de mi hermana me hace caer en cuenta de su existencia. No sé nada de ella desde la hora del almuerzo.

Antes de contestarle a Ted palmeo los bolsillos de mi suéter hasta dar con mi celular. Al sacarlo miro la hora: 07:12 pm. Le pido un segundo a Ted y le marco.

Ella toma el teléfono al segundo timbre.

— ¿Qué? —escuchar su voz logra calmar mis nervios. Mi hermana menor es el motivo de mi vida.

— ¿Por qué no me habías llamado, Elena? —pregunto sintiendo la preocupación desaparecer.

— Relájate, Leah. Estoy bien, solo estuve haciendo tareas —responde ella a cambio sonando tajante, luego suelta un resoplido—. ¿Vendrás a cenar? Ya estoy preparando los panqueques.

— Sí, con mucha crema de batir...

— Y chispas de chocolate —culmina ella por mí—. Sí, ya lo sé.