Matt:
— Cuarta pregunta: ¿qué funciones tiene el texto literario?
Miro como Leah se mete una cucharada de helado de fresas a la boca para luego lamerse los labios y observarme.
— Em... —parece pensarlo, yo solo me encargo de releer la respuesta en la hoja frente a mí—. Su principal función es...
Sonrío al notar que no lo sabe.
En el juego que le ofrecí a Leah vamos dos a uno, yo ya estoy sin camisa y sin zapatos, ella está sin medias porque me contuve de decirle que lo primero que quería que se quitara era la blusa.
Aunque posiblemente este juego no esté sirviendo para nada —sí, porque en lo que menos que nos estamos concentrando es en aprender— nos estamos divirtiendo.
— Estás preguntando todo lo que no me sé —me acusa, sonriendo solo un poco—. Ganaste, ¿Qué me quito?
— La blusa está estorbandome —digo sin pensarlo demasiado. Ella me mira con cierto recelo—. Yo obedecí. Mírame, estoy sin camisa y ese es el principal motivo por el cual no te estás concentrando en responder bien.
— Qué modesto, no puede ser por otra cosa que no sea tu formado abdomen —rueda los ojos mientras comienza a levantarse la camisa.
Mi respiración parece fallar cuando miro la piel de su abdomen ser descubierta, ella no dura demasiado deshaciéndose de la blusa de algodón que antes cubría su torso.
Me lamo los labios inconscientemente al ver sus redondos y firmes senos atrapados en su sujetador rojo.
— ¿Ahora quien está desconcentrado? —se burla ella, haciendo que mis ojos suban de sus senos a su rostro.
Tiene una sonrisa coqueta plasmada en sus bonitos labios, labios que justo ahora deseo devorar.
— ¿Quién habla de modestia? —recrimino, volviendo mi vista a las hojas. Ganaré este juego y no pararé hasta tenerla desnuda.
— Acepta que quieres tocarlas —sigo el curso de su dedo índice el cual traza lentamente el inicio de las dos copas del sostén.
— Si tú aceptas que quieres que las toque —alzo una ceja y me enderezo en la silla, su sonrisa pícara es sustituida por una mueca graciosa.
— Eres muy astuto —se ríe, yo sonrío solo porque por alguna razón mis labios se extendieron al escuchar su risa.
— Lo mismo digo —le guiño un ojo, haciendo que sus dos mejillas se tornen de rosa.
He descubierto que tiene cierta debilidad a la hora en la cual la miro a los ojos, se tiñe de colores rosa y carmín, esquiva mi mirada o sonríe e intenta ocultar que lo hace.
Mikhail suele decir que los ojos son el espejo del alma, dice que yo tengo una mirada profunda, que a veces suelo transmitir emociones por medio de ella sin siquiera quererlo. Él asegura que puede leer mi mirada, que sabe fácilmente cuando estoy molesto o feliz, y debo aceptar que mi hermano menor es el único que sabe leerme.
— Siguiente pregunta...
— Siento que esto es inútil —asegura Leah en medio de un bufido—. No creo estar aprendiendo nada.
— Agreguémosle un pequeño incentivo —propongo en un tono insinuante.
Alza una ceja con curiosidad.
— ¿Ahora qué?
— Si aciertas la respuesta te llevas una buena dosis de placer otorgada por mí —traga saliva de manera repentina y eso me hace sonreír de manera perversa.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
Teen FictionSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...