Leah:
Abro la puerta del auto de Alice y cojo mi botella de agua.
Mi amiga detrás de mí viene con una cara de asombro que se me antoja muy graciosa.
— Necesito que me expliques que mierdas acaba de pasar —exige Alice en medio de respiraciones entrecortadas—. Estoy sedienta de chisme.
Casi escupo el agua por la risa pero me controlo.
— Eso ya lo creo —me río un poco mientras le extiendo la botella de agua.
— ¿Soy yo o entre Matt y tú había un aura que gritaba: sexo, sexo?
Suelto una carcajada.
— Creo que te has vuelto algo pervertida.
— Me gusta el sexo y no tengo vergüenza de decirlo —se cae de hombros y se da un trago de la botella de agua—. No soy como esas mujeres que son vírgenes y guardan aquel tabú luego de haber practicado el acto sexual. No hay nada mejor que aceptar lo que te gusta y te complace, a mí me gusta el sexo, sí. El que quiera llamarme puta pues que lo haga, tengo veintidós años y yo seguiré disfrutando sanamente de mi vida sexual.
Sonrío.
— Lo sé, Al.
— Bien, dejemos el tema de mi vida sexual a un lado y hablemos de la tuya. Dime ¿Qué tanto te gusta Matt?
— Alice, no me gusta —no puedo evitar reírme un poco.
— Sí, supongamos que nada más hace que se te mojen las bragas.
— No me ha mojado las bragas.
— Pero lo hará —ruedo los ojos—. ¿Eres consciente del aura que los rodea cuando están juntos?
— ¿El de odio mutuo? —adivino, luciendo confundida. Según yo no hay ningún «aura» a nuestro al rededor.
— Él no te mira con cara de odio, y aunque tu intentes forzar una al verlo tampoco se ve muy real —me hace saber.
— Estás loca, Alice. ¿Qué estás insinuando?
— Ojo de loca, no se equivoca —su frase me recuerda a toda clase de locura que veo en Facebook. Seguro la sacó de ahí—. Y no estoy insinuando nada, solo digo...
— No entiendo lo que dices —la detengo, haciéndola rodar los ojos.
— Creo que se gustan.
— Y yo creo que estás loca y eso no significa que lo estés.
Chasquea la lengua mientras asiente.
— Touché.
— Creo que ya terminamos nuestra rutina de hoy. ¿Vamos por un helado? —sugiero, cerrando la puerta del auto lista para buscar las cosas dentro del gimnasio.
— Qué bueno es esto de quemar grasa y luego volverlas a sumar con una buena cantidad de azúcar. Adoro que seas mi compañera de ejercicio —me apega a su cuerpo sudoroso mientras caminamos
Subimos entre risas al piso del edificio donde se encuentra nuestro gimnasio. Me abro paso por todo el lugar con Alice a mi lado hasta dar con nuestros bolsos. Me agacho a tomar el mío y observo a Mikhail no tan alejado de donde nosotras estamos, ni siquiera me había dado cuenta de que él venía a un lado de Matt.
Me encuentro buscando a su hermano sin querer. Cuando mis ojos dan con él, lo observo sentado en la maquina en donde eliges el peso y luego alzas esa cantidad, algo parecido a levantar pesas, eso lo hace mientras habla con otro chico del cual no tengo ni la menor idea.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
Novela JuvenilSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...