Leah:
— ¿Vino o champagne? —pregunta él alzando una botella de cada licor, luego parece leer algo en la de vino—. Este vino dice ser francés.
Sonrío mientras lo observo acercarse y tomar asiento frente a mí con ambas botellas, en la mesita del frente ya se encuentran las dos copas y una cubeta con hielo en la que pone la botella de vino.
— Con el vino me embriago más rápido —me sincero.
— Vino será —dice, sonriendo y destapando la botella.
— ¿Quieres embriagarme? —alzo una ceja en su dirección—. Para hacer las cosas que quiero hacerte necesito estar sobria.
Se lame los labios y comienza a servir la bebida en las copas.
— No intentes hacerme cambiar de opinión. La última vez que te embriagaste fue una noche divertida —me recuerda, haciendo que mi rostro se enrojezca y yo comience a reír—. Me violaste.
— Tú nunca vas a dejar de recordármelo, ¿cierto?
— No lo voy a superar jamás —acepta, riéndose también.
— Ahora que ya estamos solos, es hora de…
— ¿Tener sexo salvaje?
— Iba a decir hablar pero casi te acercas —ambos chocamos nuestras copas sonriéndonos—. Matt, es una conversación seria.
— No me asustes —bebe de su copa y me mira con atención—. Te escucho.
— Bien…—
— Pero solo si tenemos sexo salvaje luego.
No puedo evitar reírme.
— Si todavía te quedan ganas de tener sexo salvaje después de la conversación entonces acepto.
— Siempre quiero tener sexo salvaje contigo, no importa lo que me digas.
— ¿Y si te digo que estoy embarazada?
Su sonrisa se borra y entonces se torna pálido. Frunzo el ceño y un mal sabor se apodera de mi boca. Su reacción es tan mala que la sola idea de estar esperando un hijo de él es aterradora.
— Supongo que ya no querrías tener sexo salvaje conmigo —es lo que digo a cambio, tomando mi copa y dándole un sorbo.
— Leah —parece que va a vomitar.
Genial, de solo pensar que tendrá un hijo conmigo la idea le da asco.
— Solo para aclararte, Matt, no estoy embarazada. Solo era una broma.
— ¿Una broma? —su rostro adquiere color de nuevo, yo ruedo los ojos—. No me gustan esas bromas.
— No me dejaste terminar de hablar cuando ya estabas casi desmayándote —ironizo con un tono amargo.
— Pues jodidamente claro que iba a desmayarme —exclama, respirando nuevamente—. Casi tengo un infarto.
— ¿Tan malo sería que yo gestara tu bebé?
— No eres tú, Leah, son los bebés.
— Es ridículo —soy un poco brusca al decirlo.
— No estoy preparado para tener bebés, es algo que creo ya sabes —su tono es serio al hablar.
— Lo sé.
— ¿Todo está en orden? ¿las píldoras?
— Todo está en orden, no voy a embarazarme para martirizarte y para mi hijo crezca con un padre que no va a quererlo.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
Teen FictionSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...