Cayendo Por Ti [Completa✓]

Capítulo 42| Oscuros Pensamientos.

Leah:

Luego de dar una vuelta en mi nuevo auto, llevé a Matt a su departamento y lo dejé frente a este. Me mencionó algo de cena con sus amigos más cercanos y familia, le pedí que fuera a casa con nosotras luego y aceptó. Estoy dispuesta a comérmelo entero a besos hoy por la noche para agradecerle; eso y que debo entregarle el regalo que también le compré. Obviamente no se acerca ni se acercará a su regalo hacía mí, pero me esforcé consiguiéndolo así que espero que le guste.

Con una sonrisa enorme, aparco el auto en el estacionamiento del departamento. Cuando bajo, me gano miradas curiosas de par de vecinos. Sí, yo tampoco puedo creer que ahora soy dueña de un Audi R8 Spyder como este.

Le paso seguridad y sonrío al escuchar el sonido que esto produce. No puede ser, amo hasta como suena su jodida alarma.

En medio de brinquitos emocionados decido que es momento de subir hacia mi departamento. Lo hago tarareando una canción que antes sonaba en la radio y sonriendo como idiota. Un par de minutos después estoy frente a la puerta de mi departamento.

Al abrir la puerta me encuentro con Alice y Elena sentadas en el sofá esperando a mi regreso.

— ¿Dónde estabas? Cuando bajamos ya ni Matt ni tú estaban —dice Alice, mirándome de arriba abajo.

— Llevaba a Matt a su departamento.

— ¿Y tú regalo? —Elena me sonríe. Me doy cuenta de que no ha soltado el disco que Matt le regaló.

— Está abajo —intento ocultar mi sonrisa emocionada.

— ¿Por qué demonios siguen dejándolo abajo? —Alice frunce el ceño mientras suelta un bufido.

— Porque no puedo subirlo.

Esa revelación hace que ambas me miren fijamente.

— ¿Qué? —Elena desvía la atención un segundo de sus regalos y se dedica a mirarme con curiosidad.

— Matt me regaló un auto —me caigo de hombros con una sonrisa.

— Oh por Dios —Alice se tapa la boca con ambas manos para evitar gritar.

— Y no solo un jodido auto, ¡es un Audi hermoso! —ambas no contenemos la emoción y comenzamos a brincar y chillar como dos dementes.

— Mis regalos siguen siendo los mejores —se cae de hombros Elena, mirándome con una sonrisa divertida.

— Y aún te faltan los nuestros —le hago saber, haciéndola ensanchar su sonrisa.

— No sé ustedes pero yo creo que deberíamos ir a la pizzería en el nuevo auto de Leah —sugiere Alice, poniéndose de pie.

— ¡Yo voy! —se anota Elena en un grito desde su habitación, en la cual se metió para guardar sus obsequios.

Niego con una sonrisa.

— Alice…

— Entiendo que te enamoraras. Él definitivamente es perfecto —me abraza—. No tengas miedo de amarlo y enamorarte. Una vez te dije que él caería rendido ante ti y, por lo que recién acabo de ver, no me equivoqué.

— Estoy enamorándome de él.

— Así es, amiga.

*****

— Mi cuñada está embarazada. No puedo creer que voy a ser tío —dice Matt luego de media hora hablando por teléfono—. ¡Odio los niños!

— Qué odioso —me río un poco, yo ya lo sabía.

— De verdad no sé qué voy a hacer con un mocoso detrás de mí todo el rato diciéndome tío —ruedo los ojos sin abandonar mi sonrisa.