Leah:
Llegamos a su departamento tan rápido como podemos. Pronto estamos dentro del mismo mirándonos con determinación de pie en la sala. Ninguno de los dos omitimos ninguna palabra, yo no hablo porque sé muy de sobra que él es quien debería comenzar.
— ¿Por qué no me dijiste que estaban acosándote? —pregunta, deshaciéndose de los puños en su camisa.
Al ver que él decide ponerse cómodo, yo hago lo mismo.
— Estabas ocupado fingiendo que no sabías de mi existencia, Matt. Lo menos que quería era servir como una molestia para ti.
Me caigo de hombros mientras con cierto apuro me dejo caer sobre su enorme sofá.
Estoy cansada y un tanto achispada, quizá mis ojos estén amenazando con cerrarse. Me acomodo y de manera casi inexplicable ya estoy buscando una posición cómoda para dormir.
— Lo hacía porque no sabía cómo afrontar lo que va a pasarnos.
Frunzo el ceño, mi cuerpo se tensa y el sueño en mí parece que se disipa. Los rastros de ebriedad desaparecen casi de manera inmediata.
Me enderezo sin apartar mis ojos de los suyos; esos ojos por los cuales podría enfrentar de las peores cosas que se avecinen en mi mundo, todo lo haría por él, solo por él.
— ¿Lo que va a pasarnos? —repito.
Debo pensar con cabeza fría, debo calmarme. Ni siquiera debo fiarme en lo que dice, después de todo hace un par de horas estaba con su ex.
— ¿Va a pasarnos algo? —pregunto cuando veo que no habla.
El silencio es ensordecedor. Me pone los vellos de punta.
— Creo que sí.
— ¿Crees?
— Mira, Leah, no quiero ser rudo pero esto va a acabar, de alguna forma u otra pero va a acabar. Prefiero ser yo quien lo termine a que terminemos de una forma peor.
— ¿Qué te dijo Dalila? —mis latidos se descontrolan—. Porque es por ella, ni siquiera intentes negarlo.
— ¿Dalila? ¿Quién te dijo ese nombre?
— Ella me lo dijo, ¿o acaso olvidas que ha estado acosándome como una maldita loca?
Respira hondo y se talla la cara.
— Matt, oye, sea lo que sea podemos resolverlo.
— No, no podemos, yo puedo y en esos planes no estás tú —su mirada seria pone mi cuerpo a temblar—. Basta de buscarle una solución a esto cuando solo hay una, soy el único capaz de acabar con esto y no debes involucrarte, ¿no lo ves? Te estoy arrastrando a algo de lo que no debías ser parte.
— Estás tomando una decisión que no es tuya. Si yo quiero estar contigo y correr peligro entonces deberías dejarme hacerlo.
— No, no lo haré. Estás pensando en ti solamente, ¿Qué hay de Elena? ¿de Alice?
Tienen razón…
— No lo hagas por mí, no lo merezco.
Trago saliva e intento pensar con la cabeza y no con el corazón. Mis sentimientos están nublando todo de manera abrumadora.
— Tienes razón, estoy olvidando que también están en riesgo las personas que amo —digo, tornándome más fría aún sabiendo que mi cerebro está alertando a mi corazón sobre lo que se avecina—. No puedo fingir que no me preocupa su situación porque no es así.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
Teen FictionSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...