Capítulo 61| Fantasmas.

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04 de abril de 2021.

Leah:

Estoy entumecida, en posición fetal y con mis ojos ardiendo de manera dolorosa. No paro de llorar desde anoche, rememoro una y otra vez la vez en la que me dieron la noticia de su muerte.

Mi pecho está comprimido y, aunque intenté estar con mi hermana, Elena me alejó completamente de sí y se sumerge sola en su dolor.

Marcus acaricia mi espalda en medio de la noche oscura y que se siente más fría que nunca. Duele tanto que a veces sus caricias parezcan las de otra persona…

No sé nada de Matt. Admitiré que este momento doloroso quisiera estarlo pasando con él, pero estoy bastante agradecida con Marcus porque, en los momentos que Matt no ha estado, él si ha estado aquí para mí y para Elena.

El día en el que Elena fue dada de alta pasó algo bastante curioso, ella asegura que vio a Matt mirándonos por la ventana; el doctor dice que fueron efectos de la anestesia, pero ella afirma con toda seguridad que él estaba ahí. Mi mente divaga varias veces en ese momento, pero lo he ignorado porque no quiero enfocarme en lo que me hace más daño del necesario.

— ¿Estás bien? ¿quieres que te traiga el desayuno?  —Marcus me da un beso en la cabeza luego de hablar.

Me quedo en silencio. Me cuesta hasta respirar y tengo los ojos tan hinchados que apenas puedo ver.

— Debemos ir por flores para llevarle a tu madre, ¿no crees que sería un bonito gesto?

Asiento, poniendo toda mi fuerza en ese pequeño acto.

— Elena… —murmuro, sintiendo la voz rasposa.

— Iré a verla, o mejor le diré a Alice que lo haga mientras hago el desayuno, ¿te parece?

Vuelvo a asentir, acurrucándome más, abrazando mi almohada e intentando no llorar. Las imágenes de mamá son como ráfagas repetitivas que me llenan de un incesante dolor.

— Deberías darte un baño, asearte —sugiere, acariciando mi espalda antes de ponerse de pie.

— Si, lo haré, solo… —sorbo por la nariz, limpiándome la cara con los dedos. Me duelen mucho los ojos, no me quiero mover, solo quiero llorar hasta que acabe el día.

— Tomate tu tiempo —me sonríe de esa manera cálida, haciéndome desear que esa sonrisa fuera de otros labios—. Esperaré lo que tenga que esperar.

Lo miro salir de la habitación con mi cuerpo temblando, lleno de ansiedad. Odio sentirme así, diminuta y sin control, pasa cada año en esta fecha. Pensé que este año sería diferente, porque todo estaba yendo bien, porque con Matt me sentía distinta y ahora…

Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas y me dejo ir. No paro de llorar sino hasta que unos toques en la puerta me distraen.

Alice la abre con una sonrisa triste, adentrándose en la habitación  mirándome hacer un puchero. Sí, aunque parezca infantil necesito de todos los abrazos que me quieran dar hoy.

— Elena está bien, la acabo de ver —me saca de mi preocupación principal—. Un poco hinchada por el llanto, se está bañando.

— ¿Dijo algo?

— No mucho, que estaba bien y que no la molestara —se cae de hombros, acostumbrada a lo grosera que suele ser mi hermana cuando está a la defensiva.

Me quedo en silencio, dejando que sus brazos me envuelvan como siempre. Siento esa calidez de familiaridad que me tranquiliza brevemente.

— Sé que es estúpido preguntar cómo te sientes así que no lo haré —me acaricia la espalda mientras que yo no dejo de llorar—. Solo te diré que, como siempre, aquí estoy.

Cayendo Por Ti [Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora