Leah:
09 de marzo de 2021.
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Cada día duele menos, cada día mi cabeza insiste en que deje de pensar en él.
Salgo de mi habitación luego de terminar de arreglarme. Hoy es el cumpleaños de Louis y será la primera vez luego de cuatro años que Elena y yo iremos de nuevo a casa de la abuela.
Elena está abajo esperándome junto a Alice, yo había olvidado mi celular. Últimamente estoy bastante distraída, y a lo largo es algo que estoy agradeciendo, he estado tan ocupada en otras cosas que no he tenido tiempo para mortificarme y pensar en él.
Mientras camino a la salida de mi departamento veo las rosas blancas ya secas y marchitas dentro del jarrón en el que mi tía las colocó.
Aún sigo confundida sobre quien las envió, Marcus asegura no haber sido él y, aunque en mi cabeza la idea de que fue Matt estuvo latente, prefiero pensar que no fue el hombre por el cual he deseado desaparecer los sentimientos.
Me tomo la molestia de lanzar las rosas a la basura, están bastante feas, no sin antes volver a revisar la cita en él:
«Amar es destruir, y ser amado es ser destruido».
Respiro hondo y decido dejar de perder tiempo.
Me encuentro con las chicas más rápido de lo que esperaba, subimos todas a mi auto y nos dirigimos a casa de la abuela, pero antes decidimos comprar un pastel para mi primito.
Alice es quien conduce. No puedo evitar sentirme extraña y con estragos en el estómago a medida que nos adentramos en el camino a casa de la abuela. Los recuerdos comienzan a desbloquearse a medida que avanzamos en los kilómetros, son realmente dolorosos, mamá vivía en esa casa; es imposible no revivirla al dirigirse hacia ella.
Miro a Elena por el retrovisor, está bastante callada al igual que yo, quizá pensando en lo mismo que estoy pensando. Alice también se mantiene en silencio, supongo dándonos nuestro espacio, ha de saber que no es fácil para ambas, de hecho es un gran paso.
Aunque intente controlar los latidos de mi corazón es inútil, mientras más nos acercamos el desenfreno en mis pulsaciones es descomunal, eso y que en mi garganta hay un nudo que me impide respirar.
- ¿Están bien? ¿seguimos? -Alice reduce la velocidad al mirar mi estado.
- Sí, solo... -intento respirar con normalidad- estoy intentando asimilar esto.
- Estarán bien -Alice nos anima, mirando a Elena por el retrovisor-. Es un gran paso, chicas.
- Estamos llegando -me aferro al cuero del asiento.
Miro a Elena y está tan pálida como yo. Estiro mi mano en el asiento y tomo la suya, sus ojos están brillando por el líquido dentro de ellos y su labio inferior tiembla.
- Elena -intento hablarle pero ella solo retira mi mano de la suya y observa por la ventana.
- No quiero oír nada, de hecho solo quiero estar sola -se acurruca a un costado y mira por la ventana.
Respiro hondo y me acomodo en mi asiento nuevamente, mis ojos llenándose de lágrimas. Alice me mira y me da una sonrisa triste.
El camino sigue en silencio y en un abrir y cerrar de ojos estamos estacionándonos frente al hogar de mamá.
Mirar las escaleras que dirigen hacia la entrada es como enterrar un puñal en mi corazón; no mucho ha cambiado desde la última vez que vine: las paredes que antes eran azules ahora son de un color cobrizo, la cerca sigue siendo blanca al igual que todas las decoraciones de madera que se encuentran en el corredor principal.
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Cayendo Por Ti [Completa✓]
أدب المراهقينSer despedida es desagradable -aunque no fue un despido realmente-, ser despedida cuando de verdad necesitas el empleo es mucho más desagradable, y algo muchísimo peor a eso es buscar empleo, encontrarlo y que tu jefe sea nada más y nada menos que M...