Capítulo 37| Te quiero.

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Leah:

Mi mirada es impactada y, aunque creo estar en shock, agradezco que mis pies estén coordinados con mi cerebro y se interponga de golpe entre ellos dos.

— Matt —pongo mis manos en su pecho, temo caer por el mareo, sin embargo me mantengo firme.

— Quítate, Leah —sisea con molestia.

— No, escúchame —sigo insistiendo para que él no avance.

— ¿Estás ebria? —de pronto su gesto frío hacia mí cambia, se suaviza. Ese es mi Matt.

— No... —miento, porque sé que si lo estoy—, bueno, solo un poco.

— ¿Quién es él? —pregunta Marcus hacia mí, mirando a Matt con recelo.

— Es ese alguien —sonrío un poco al mirar a Matt más calmado.

— La verdadera pregunta es ¿Quién carajos eres tú y que haces con mi novia? —Matt me toma posesivamente por la cintura.

No sé si mis piernas flaquean por el alcohol en mi sistema o por la cercanía del hombre del cual me estoy enamorando y el cual acaba de decir que soy su novia.

— ¿Novia? Ella no mencionó nada de un novio —ambos me miran y entonces quiero desaparecer. No mencioné que Matt es mi novio porque ¡Sencillamente no lo es!

— No eres mi novio —me caigo de hombros en mi defensa, el alcohol en mi sistema habla por mí.

— Nos vamos —me toma de la mano posesivamente y me insta a caminar.

— Matt —me quejo, no me gusta que me arrastre. Puedo caminar sola.

— Camina —exige esta vez más serio.

— No me trates así —pido a la defensiva. El alcohol está haciendo efecto y, para mi desgracia, estoy sacando de las casillas a Matt.

— A ver ¿cómo te digo que nos vamos ya? ¿en otro idioma? ¿te lo canto? —mi sangre hierve tras escucharlo hablarme así.

— No seas imbécil, si me vas a tratar así todo el camino prefiero regresar con Marcus —me pongo a un lado de mi ojiazul jefe.

— ¿Qué? —a Matt parece desencajársele el rostro.

— Como escuchaste —me cruzo de brazos, de pronto sintiéndome valiente.

— Leah, tu vendrás conmigo así tenga que llevarte sobre mi hombro —asegura mirándome serio y yo tengo ganas de reír. No lo haría.

— Ni lo sueñes —lo miro seriamente, aunque pensándolo bien quizá si sea capaz de hacer lo que dice.

— Tú lo pediste, linda —me sorprende mirar a Matt acercarse a mí, pasar un brazo por mis piernas y en un abrir y cerrar de ojos ya estoy sobre su hombro.

— ¡Suéltame! ¡Suéltame! —grito y pataleo, pero a él parece no importarle en lo más mínimo—. ¡Marcus, ayúdame!

Mi otro jefe, al oír mi petición, se pone de pie y se acerca hacia mí. Me agobio cuando Matt se detiene.

— Si das un paso más te golpearé. Ella se irá conmigo —y sin más, como si yo fuese algún costal de papas, comienza a caminar hacia la salida.

Pataleo y grito, él sigue su camino sin detenerse por mis golpes en su espalda. Las personas dentro del bar miran la escena con diversión, yo solo estoy roja de la furia y siento como mi estómago se revuelve con cada paso que da Matt.

Cuando salimos a la calle, el frío de la noche hace mi piel erizar. Está helado. Ya en un punto de la caminata de Matt me rindo, me siento mareada y sin fuerzas.

Cayendo Por Ti [Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora