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El beso comenzó suave, al principio solo eran nuestros labios los que se movían, pero cada vez aumentaba la intensidad hasta hacerlo más ardiente. Sus manos descansaban en mi cintura y poco a poco las iba subiendo haciendo erizar mi piel ante su suave tacto.

Mordió mi labio inferior haciéndome abrir mi boca dándole acceso a su lengua. Nunca había besado a nadie de esta manera y los nervios comenzaron a traicionarme. Las manos de Jared seguían tocando mi espalda mas arriba haciéndome recordar que debajo de la camisa no llevaba nada. Sentí una montaña crecer en su pantalón y a la vez mi habitación parecer un horno. Mis manos jugaban con el cabello de su nuca mientras nuestros cuerpos estaban unido y lo único que nos separaba era la tela de la ropa.

Era el beso mas delicioso (también único que había recibido de esta manera) y ardiente que había recibido, pero siempre hay un pero. Yo no podía seguir con eso. Cuando sentí la necesidad de respirar me aleje de el dejándolo en shock.

Su respiración era irregular, sus mejillas estaban levemente rojas y su cabello despeinado. Vi su pantalón y quede sorprendida al ver lo que le había causado. Yo debía estar igual o peor que el en estos momentos.

- Vete -dije con la voz más fría que pude fingir en estos momentos.

- Pero Be... -interrumpo.

- ¡Que te largues! -gritó y veo como su cara se trasforma en una triste, para luego verse enojado.

- ¡Entonces me voy! -me responde de igual manera y salió dando un portazo.

No paso ni dos segundos cuando Daemon y Daphney
estaban en la habitación.
Daphney corre y me abraza. Justo lo que necesitaba, un abrazo.

- ¿Que sucedió? -me pregunta tomando mi rostro entre sus dedos y veo la preocupación en sus ojos.

- Lo bese -susurro.

No podía creer lo que había sucedido. Aunque fue lo mejor para ambos. Lo nuestro no puede ser, primero son mis sueños, sin importar a que debo renunciar con tal de llegar a mi meta. Tal vez soy una egoísta y en cierto punto idiota, pero no me rendiré ahora solo por un chico.

Un chico que te encanta -me grita la conciencia.

***

Estaba de pésimo humor, en las clases de la mañana no vi a Jared. Supongo que me ignora y yo en su lugar no hubiera hecho eso. No soy de las que "ignoras y vuelven con la cola entre las patas", mas bien soy de las que "me ignoras y vas directo a la mierda". Por eso yo solo me hubiera vengado.

No quiero que las cosas se vuelvan raras entre nosotros, aunque es un poco tarde para eso. Una de las razones por las que nunca me fije en nadie, solo en Marc porque no solo es mi amigo, también es de los chicos que olvidan y no haría las cosas difíciles.

Es mi hora favorita, estaba en la hora de almuerzo. Camino a la cafetería pensando en que debo de practicar el baile con Daemon para mañana que según el, será su mejor día. Ira al baile con la ardilla al fin y al cabo.

Al levantar la mirada veo a Ian tomando de la mano de Alexandra caminando hacia mi. Disimuladamente miro mi celular y doy la espalda chocando con la persona que menos quería ver hoy.

Stephane

- Hola querida -dice con una alegría que solo me dan deseos de pegarle, pero al ver a Marc salir arreglando su pantalón supe porque estaba tan feliz.

Marc la fue a tomar de la cintura cuando me ve frente a ella. Su rostro palideció y se acerco a mi y yo me alejo.

Lo miro y sonrió sínicamente, el nunca cambiara.

Fingiendo ser gay©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora