Antes que nada, debo de advertir que la novela contendrá lenguaje obsceno.
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Cada inicio es marcado por un suceso y que mejor que empezar por el día de hoy. Hoy precisamente es el comienzo de clases y con el comienzo de clase comienza mi papel de "gay". Tras 9 largos años de vivir en esta mentira pienso ya que estoy acostumbrada, además, creo que tanto fingir y lograr engañar a todos, no debo ser deportista, si no actriz. Sé que tendré un buen futuro en esa carrera. Aunque eso se los explicare con el transcurso de la historia.
Dormía plácidamente cuando mi sueño fue interrumpido por mi hermano. Cada uno tiene una manera para hacerlo y digamos que no es una manera dulce o tierna, aunque la especialidad de los hermanos es cagarte la mañana y mi hermano lo cumple a la perfección. También debería agregar que yo tampoco me quedo atrás.
–¡Paa! ¡Paa! –grita al oído– ¡Vamos arriba hermanito! –se burla.
–¡Que te den Steven! –grito.
Le lanzo una patada, la cual nunca llega a tocarlo y caigo como mierda al suelo. Bonita mi mañana, muy bonita. Steven, sale de la habitación entre fuertes carcajadas, pero solo espero que se prepare, pues, mi mente ya planificando como tomar venganza.
Cansada y sin ánimos, me dirijo al baño, donde por culpa del sueño, me quedo dormida en el inodoro y no soy consiente hasta escuchar golpes lejanos con una frecuencia irregular. Los que me dicen que ya en el primer día de clases llegaré tarde, típico en las babosas novelas de juveniles que por cierto me gustan mucho. Intento al menos lavarme lo importante, con lo fría que esta el agua, no existe nadie que sea capaz de bañarse, a menos que sea un pingüino o un oso polar.
Tratando de avanzar, corro al cuarto y me visto con lo que sería el uniforme de deporte. Pantalón a la rodilla, una t-shirt y tenis. En el intento de acabar, escondo mi cabello en una gorra y lista para mi primer día.
Tomo mi mochila en el recibidor, dejando el desayuno en la mierda, junto a mis ganas de vivir. Lo triste es el ver que el autobús esta frente a la parada, pero por más que corro para lograr alcanzarlo no lo logro.
–¿Algo más para el día de hoy? –grito al cielo, como si alguien me fuera a contestar.
En respuesta, un auto baja la velocidad al llegar a mi lado.
–¿Quieres que te lleve? –me pregunta el chico y no es ni más ni menos que Marc.
Bien, ustedes no saben quién es, pero yo les tengo el placer de contar quien es este chico. Marc es el chico del que llevo desde que recuerdo, el único que a pesar de mi actitud varonil y de macha pecho lampiño de pequeñas tetas, me trata como "dama". El problema es que es al mismo que ayudo con sus conquistas. Se qué ya estarán pensando que es el playboy de la escuela, pero les diré algo que no se esperan, ¡les doy la razón, es el mujeriego a riesgos de SIDA!
La depresión me da cuando veo sus hermosas conquistas, con un cuerpo que ni mandado hacer, sería tan perfecto y natural. En cambio, yo simplemente soy un triste pedo con olor toxico al lado de todas ellas y sobre todo de él. ¿Sexy no?
Reacciono al ver que hace una mueca y lo saludo e intenta sonreírme. Demonios sé que soy fea, poco femenina y tal vez apesto por no bañarme bien, pero que disimule.
–Sube al auto.
Sin protestas subo. Tal parece que no llegaré tarde como creía, quizás signifique que mi mañana no será tan mala. Si miro a fuera, las hojas de los arboles siguen verde, el cielo azul poblado de grandes nubes, me pica la nariz, pero no soy capaz de rascarla y menos verificar si tengo un moco.
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Fingiendo ser gay©
Teen FictionBien, soy una chica para nada normal de 17 años. La razón es simples amo los deportes. ¿El problema? Fácil, los idiota de mi instituto no permiten que chicas jueguen ningún deporte y para mi el deporte es mi vida, así que no me quedo de otra de fin...