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Era sábado e igual me levante temprano, muy temprano diría yo. Debemos entrenar toda la semana, hay tres partidos y debemos estar preparados.

Tomando una camisa azul de futbol con el número tres, unos pantalones igual hasta la rodilla, unos tenis gris y con un moño alto decidí salir de mi casa. Tocando puerta por puerta los fui despertando. Más de uno me lanzo agua fría, ya después del tercero me escondía.

- Me puedes decir ¡¿Por qué razón me despiertas a las 4:30 de la mañana?! -me grita Daemon.

- Sencillo -sonrío- hoy entrenas con nosotros.

- No estoy en ningún equipo -dice apretando los dientes y pasando una mano por su frente para relajar el ceño.

- Ahora lo estas, quiero que estés en el equipo de volleyball, un chico se fracturo la muñeca y...

- No -me interrumpe.

- Si y si te resistes, te saco en pijama -lo escucho gruñir y yo río.

Amy

Miro lo que tengo de cabello y gruño, aun no me crecía del todo, lo tengo demasiado de corto. Por tanto, debía usar una fea peluca que me hacía perder el encanto. Todo este tiempo llevo planeando una venganza, la mejor que se me pudo haber ocurrido. Stephane me ayudara y no solo ella, también Rixon. Beatriz me dejo en ridículo más de una vez, pero esta vez le tocara a ella.

Con un súper mini-top blanco y mis ultra mega lindas falda rojas decidí ir a casa de Rix, claro sin olvidar mis bellas bebés de tacón blancas.

No vivo muy lejos de Rixon, así que camino a su casa. Cerca de donde pasaba vi un grupo de chicos entrenando y entre ellos una melena rubia, en definitivo esa era Beatriz y los chicos entrenando.

- Así que Jared no está en casita -digo en voz alta para mí y sonrío.

Aligero el paso y al estar frente a la súper casa de Rix lo llamo.

- ¿Amy? -pregunta con voz ronca.

- Estoy aquí -no había terminado de hablar cuando el gran portón se abrió dejándome pasar.

Entro, no es la primera vez y como me sé el camino me dirijo a la habitación. Sin tocar entro encontrándomelo en unos vaqueros a la cintura y sin camisa. Al verme me observo y sonríe.

- ¿Que tienes en mente? -pregunto refiriéndome a Beatriz.

- ¿Besos que lleguen a algo más? -pregunta sonriente y ruedo los ojos.

- Si no te importa quiero saber qué haremos y que planeas.

- Tendremos un juego, haremos trampa y quizás Beatriz tenga un accidente.

- ¡No! -niego- O sea, si la podemos hacer sufrir, porque la necesito entera, no en pedacitos.

Rixon se acomoda en la cama colocando sus manos detrás de su cabeza y me mira fijamente y me lanza una mirada entre fría y espeluznante.

- Amy, no se puede tener todo en la vida -dice en voz baja pero a la vez fría, mi piel se vuelve a erizar causando unos escalofríos- Si lo haremos, lo haremos bien y tú decides ¿Estas dentro o estas fuera?

Marc

Solo estaba concentrado en el entrenamiento, el sol estaba muy fuerte pero aun así todos continuábamos. Mi celular comienza a sonar, sin siquiera mirar rechace la llamada, pero la persona que era seguía insistiendo hasta desesperarme y responder.

Fingiendo ser gay©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora