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Las cosas estaban mejor que nunca –entre lo que cabía, claro está–, no había estado tan complacida en tanto tiempo, solo me encargaba de disfrutar con mis amigos y el mejor novio entre todos, no tengo para comparar, pero estoy más que segura de que lo es. Aún así algo me es extraño, no soy pesimista... solo es extraño ¿no?

Tanto tiempo siendo jodidos por Amy, Stephane, Rixon y el entrenador que ver un tiempo de paz significaba que cosas peores vendrán, y la verdad estoy tan tranquila que espero antes de que nos dañen lo que resta de semestre "Lavagirl" los vuelva piedra y "Shark boy" los haga su cena. Lo sé, deben temerme por mis malas intenciones hacia ellos.

Debo también que decir que desde la confesión las cosas habían cambiado un poco, ahora todos creen que soy bisexual, pero la verdad ni me molestaba, no hay razón por la que deba hacerlo, solo estaba feliz de que todos supieran que estaba con mi Jared. Los entrenamientos, las clases, en general la vida escolar había continuado igual. Eso me quitaba un gran peso de los hombros, no quería que se volviera incómodo.

No le preste atención a mi "sexto sentido", solo a mis amigos. Ian estaba feliz con Alex, Daemon y Daphney era la pareja más empalagosa del mundo, Marc andaba mucho con una tal Laura domadora de nutella y unicornios. En varias ocasiones escuche llamarlo Rainbow Boy, pero me alegraba que estuviera feliz y que no fuera junto a una zorra. Jake, Lexter, Connor y Chad seguían igual, si era posible más anormales.

Lo que nos quedaba de clase era máximo un mes y medio, temblaba de los nervios. Varias universidades se habían contactado conmigo, ¡es genial! Pero me pone más que nerviosa, no sé cual elegir o quizás sí, lo bueno es que tengo tiempo para elegir. En fin, me propuse a disfrutarlo y hacer la peor venganza en el universo. El nombre de Beatriz será escuchado hasta el año 3,000 en adelante.

Una pisada en el pie me distrajo de mis pensamientos y fulmine a quien estaba a mi lado.

-Derecha, derecha, izquierda, derecha, izquierda, izquierda –gritaba sobre la música la profesora de Zumba-, vamos, ¡otra vez! Desde arriaba.

-¡¿Quién sugirió la zumba para calentar?! –grito Marc desde la parte de atrás.

Todos miraron hacia al frente donde Chad y Connor movían la cintura dando una vuelta siguiendo a la profesora. Para vergüenza de la profesora ellos se movían incluso mejor que ella y como es obvio, ellos fueron los de la idea de mover el cuerpo al ritmo de la música. Jared iba a su propio ritmo en una esquina junto con Jake quien brincaba en una pierna dando la espalda a los demás y levantando las manos como si adorara a un dios o algo así. Era un completo asco. Lexter e Ian iban sincronizados, pero sincronizados con mi cachorro porque ambos estaban caminando por el suelo rogando por agua.

Daemon, Daphney y yo sufríamos de espacio personal, cada dos por tres nos pisábamos o nos golpeábamos. Era más peligroso hacer esto que a que nos pusieran a practicar Parkour sobre casas de madera podridas y llenas de lama. Al terminar con la masacre nos tiramos al suelo totalmente sudados y con los abanicos apuntando a nuestra dirección. Necesitábamos un baño urgente y algo me decía que a Ian le apestaba algo más que la boca. Amo a mi amigo, pero si continuaba frente al abanico lo asesinare, es su vida o la mía y estoy muy a gusto con la mía.

Como la práctica había sido en el salón de baile de la escuela salimos al pasillo. Ya había acabado la masacre conocida como Zumba y a decir verdad yo elegía mi versión de zumba, que era zumba comida, la mejor definición.

-Mira fijamente este punto rojo por diez segundo –le dice Jared a Ian tendiéndole el celular.

Ian mira el punto fijamente hasta que Jared le dijo que parara.

Fingiendo ser gay©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora