Coloco mis manos a los costados de la cabeza de Amy y no hay otra cosa en la que pueda pensar, que en que hoy no ha sido un buen día. Jared, Marc, Amy... Me hubiera quedado bajo Jake.
Levanto la cabeza observando cómo se acumula la gente a mi alrededor y pareciera que todos se callarán para ver lo que ocurría y bueno, si no fuera a mí creo que estuviera en primera fila e incluso con mi móvil grabando la gran escena.
Amy me mira asombrada y posa sus manos en mi trasero. ¿Pero qué mierda le pasa a esta mujer? Pero no sólo eso, la muy zorra me aprieta mi trasero acercándome más a ella.
¡Mujer lo que agarras es hueso, que ni nalgas tengo!
Reflexiono si actuar como loca frenética o complacer a mis compañeros de equipo que miran impacientes. Cerré los ojos y sólo me repetía una sola cosa... Coca–cola, coca–cola, ¡Mierda quiero coca–cola! Y en ese arranque la besé, lo que realmente me dolió fue pensar que ese era mi primer beso. No moví mis labios, tan solo intenté dar una suave caricia a los suyos, aun así, le dio tiempo a la muy zorra de morderme. ¡Me mordió! Todos los chicos están sorprendidos y uno que otro excitado. Enfermos.
Le acaricié la mejilla pareciendo una tierna despedida y con disimulo, salí huyendo. No sabía a donde ir y me quería lavar la boca hasta con cloro de ser necesario. Entre al primer baño que vi y corrí al espejo. Mi labio inferior estaba demasiado rojo, ¡mis labios perdieron su virginidad!
–¡Qué asco! –grité sin importar quién me escuchara– Vamos tú puedes con esto –dije mirándome a los ojos a través del espejo y apretando las manos al lavamanos.
Mi asco no era tanto el que fuera una mujer, aun cuando no es mi preferencia sexual, era hacia la persona que me besó. Definitivamente podría haberme contagiado de herpes o algo. Me limpie la boca con el jabón de manos, después me pase papel de baño y volví a lavarme la con jabón. Salí en busca del cuchitril del conserje donde podría encontrar algo para lavar la boca y de paso matar la enfermedad que se pueda estar por entrar en mi sistema.
Tomando todo lo que necesitaba, decidí girarme a la puerta, pero como mi horrible día no pensaba en mejorar, alguien la cerró.
–¡¿Por qué a mí?! –grito– ¡sólo es mi primer día! ¿acaso dejaran algo para el día de mañana?
– ¿Puedes callarte? Lo menos que quiero es ser encontrado y si no cierras la boca te la haré cerrar –amenaza un chico que no había notado entrar.
Me tiene acorralada a la pared con una mano en la boca y su rostro está a centímetros de mí, su respiración choca en mi cara y sólo se una cosa.
¡Quiero llorar!
Esto está lejos de ser erótico o romántico, esto está más cerca al pantano de Shrek. Su aliento era como si llevase un ratón muerdo de hace unas semanas. Trate de girar la cara, pero él seguía sosteniendo me. Le muerdo la mano y él me suelta dando un gritito.
–¡Al menos puedes respirar por la nariz! Tu aliento es pésimo, amigo –hago cara de asco–. Deberías de usar uno de estos –dije levantando un galon de cloro, mientras él me fulmina con la mirada.
–Te arrepentirás si me llegan a encontrar –advierte de lejos el castaño y me encojo de hombros.
–Si tu cierras esa boca, yo podría salir, ver si está despejado y te largas.
–Bien –dice soltando un bufido.
¡Peor! ¡Tiene letrina por boca! ¡Debería ser prohibido que este entré las personas!
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Fingiendo ser gay©
Teen FictionBien, soy una chica para nada normal de 17 años. La razón es simples amo los deportes. ¿El problema? Fácil, los idiota de mi instituto no permiten que chicas jueguen ningún deporte y para mi el deporte es mi vida, así que no me quedo de otra de fin...