Capítulo 12: "En el lugar en donde NUNCA querría estar"

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[Narras tú]

Sonó un trueno.

Me desperté en una habitación de paredes blancas y madera marrón chocolate.

Estaba acostada, me senté.

Unas sábanas se deslizaron por mi pecho, despacio.

Vi mis brazos, estaban limpios.

Pero ¿que carajo...?

Vi mi torso, sólo tenía ¡EL SOSTÉN!

-¿Que mierda...?- ya me estaba asustando.

Aparté las sábanas y me vi en bragas. Maldecí en voz baja.

-¿Mi ropa?- empecé a buscar con la mirada mi ropa. Hasta que alguien salió del baño y era... ¡ABRAHAM! Y sin ropa, pero con boxers. Entré en pánico. Mi respiración empezó a acelerarse. Se sacudió el jopo.

-¡Ah! ¡Hola, ______!- saludó con la otra mano, se seguía sacudiendo el pelo.

Grité a todo pulmón. Me paré de un salto y corrí hacia la puerta.

Cerrada.

Él pedía que me tranquilizara y caminó lentamente a mí.

Grité nuevamente. Quise huir, pero él me detuvo, tomándome de los antebrazos a la fuerza. Tiré para que me suelte. Abraham no quiso dejarme, pero se relajó un poco. El tirón lo trajo hacia mí y cayó encima mío, y yo caí al piso

Nos miramos a los ojos.

Tengo a... Abraham Mateo Chamorro... sobre mí. ¡Mierda! Yo sería la envidia de todo el Instituto... primero Marcus y después Abraham... debería gustarme, pero es asqueroso

Se preguntarán que hice ¿no? Grité.

-Que chica más gritona- comentó Abraham. Lo empujé y cayó en el suelo, a mí lado. Me paré.

-¡Chamorro! ¡Si me llegaste a tocar, te juro que...!- él se paró, me tomó del brazo y tiró de él. Me tapó la boca.

-No te toqué ni un pelo- negó con la cabeza y levantó las cejas.

-Algo me dice que no decís la verdad, me violaste ¿no?- lo miré desafiante a los ojos.

-No te hice nada. Cuando quiero algo con una chica, la llevo a mi cama porque se entrega, nunca la obligo- me miró con picardía.

-Soltame- miré mi brazo y después lo miré a él.

Abe me soltó.

Le pregunté en donde estaba mi ropa.

Respondió que la puso a lavar.

También le interrogué porque estaba limpia, él dijo que me había pasado un paño húmedo.

Se puso los pantalones y la remera delante de mí. 

-¿Llamas a tus padres?- me preguntó, poniéndose de brazos cruzados.

-No quiero volver a casa...- estaba sentada en la cama, todavía en ropa interior.

-¿Por que?- se sentó a mi lado.

-No quiero hablar de éso- aparté mi cara, no quería verlo.

-Vale.- me tomó una mano y me miró dulcemente- Entonces llamaré yo ¿sí?- apretó sus labios y sonrió.

-Bueno...- giré la cara y vi su (me da asco decirlo, pero hay que ser sincera) hermosa sonrisa, realmente, su sonrisa es perfecta.

Se levantó, seguía mirándome, salió de la habitación.

-Como que Abraham está...- quedé mirando la puerta.

¿Cambiado? Jajajajaja, estás loca _____

-Tal vez, sí- me paré, tomé una sábana y me envolví.

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Pasó un rato y Abraham entró, con ropa y sonriendo. Dijo que había llamado a mis padres y que podía quedarme en su casa el tiempo que deseaba.

No pensaba quedarme, pero era muy amable de su parte.

Me entregó la ropa, era una musculosa blanca y unos jeans azules muy ajustados. Me los puse.

Eran las doce de la noche.

-¿Quieres algo de comer?- interrogó Abe. Negué con la cabeza- ¿Algo de tomar?- negué- Vale. ¿Te quedarás?

-Tal vez. Mañana empieza mi trabajo como tutora de actitud personal- respondí.

-Entonces quédate- suplicó.

-Sólo por hoy. Igual no tengo mucho entusiasmo de ir a casa con mis papás.

-¿Quieres contarme?- se preocupó.

-¡No!

-¿Por que?- quería saberlo de alguna manera.

-Por tres razones. Una- enumeré con el dedo- sos mi alumno y no es correcto. Dos- toqué mi dedo del medio- es MI privacidad. Tres- toqué mi dedo anular- capaz que me "consolas"- hice comillas en el aire- y lo utilizas para enamorarme y llevarme a la cama.

-Si quisiera enamorarte- se acercó a mí, mucho-, te trataría como te lo mereces- me tomó de la cintura y me pegó a él-. Te haría muy feliz.- me lo susurró sobre mis labios- Sólo faltaría que por lo menos, yo, te gustara un poco y tengo el camino libre.

¡Dios mío! ¡Su acento! ¡Su boca! ¡Sus ojos! ¡PARÁ! ¡¿QUÉ CARAJO DIJE?! ¡NO, NO, NO Y NO!  Admito que es lindo... pero... tengo a Rodrigo que es un amor de persona

-Ni- le sonreí y me acerqué rozando sus labios- en- acaricié su jopo con "deseo"- ¡pedo!- lo empujé con fuerza.

Aprendiendo a ser normal~ Abraham Mateo & tú [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora