Capítulo 1: "Mi Buenos Aires querido y te quiero"

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[Narras tú]

Era un típico día de semana, miércoles para ser exacta, ya había desayunado y estaba en camino hacia el Instituto, caminando, tenía un morral de colores muy bonito, que me había comprado hace unas semanas atrás. Estábamos cerca de vacaciones de verano, era 2 de junio y dos días después empezarían las vacaciones de verano.

Estaba más feliz que nunca por ya salir de ése estúpido Instituto he irme otra vez a Argentina, a "Mi Buenos Aires querido".

Caminaba hacia mis clases, con mi pensamiento en un tango de Carlos Gardel, justamente era: "Mi Buenos Aires querido". Sólo pensaba en la letra:

Mi buenos aires querido,

Cuando yo te vuelva a ver,

No habrá más penas ni olvido.

El farolito de la calle en que nací

Fue el centinela de mis promesas de amor,

Bajo su inquieta lucecita yo la vi

A mi pebeta luminosa como un sol.

Hoy que la suerte quiere que te vuelva a ver,

Ciudad porteña de mi único querer,

Oigo la queja de un bandoneón,

Dentro del pecho pide rienda el corazón.

Mi buenos aires, tierra florida

Donde mi vida terminaré.

Bajo tu amparo no hay desengaño

Vuelan los años, se olvida el dolor.

En caravana los recuerdos pasan

Como una estela dulce de emoción,

Quiero que sepas que al evocarte

Se van las penas del corazón.

Las ventanitas de mis calles de arrabal,

Donde sonríe una muchachita en flor;

Quiero de nuevo yo volver a contemplar

Aquellos ojos que acarician al mirar.

En la cortada más maleva una canción,

Dice su ruego de coraje y de pasión;

Una promesa y un suspirar

Borró una lágrima de pena aquel cantar.

Mi buenos aires querido....

Cuando yo te vuelva a ver...

No habrá más penas ni olvido...

Siquiera me gustaba el tango, pero ésa canción me había enamorado desde que vine a España y la verdad es que extraño mucho Argentina.

Me mudé acá cuando tenía catorce años.

Iba tarareando la canción sin darme cuenta mientras caminaba.

-Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver...- en ése momento alguien me llamó por detrás, era Rodrigo, mi mejor amigo, que me había confesado por Whats App que estaba enamorado de mí- Hola cordobés.- le sonreí.

-Hola preciosa.- dijo mi querido amigo.

Rodrigo era alto, con gafas para leer, que siempre las llevaba puestas, era castaño, de tez blanca. Ése día estaba con una remera blanca, con letras estampadas que decían: WTF? en mayúsculas.

Le decía cordobés por un cantante argentino que se llamaba Rodrigo y era cordobés (obviamente, no iba a ser de Mendoza si su canción más conocida era "Soy cordobés").

-¿Como estás?- le pregunté con una sonrisa muy notable.

-Excelente ¿y tú?

-También y ansiosa- mi tono de nervios se notó, abrí grande los ojos, sonreí apretando los dientes y levanté los hombros.

-Ya quieres irte...

-¡SÍ!- solté un suspiro muy ruidoso. Caminamos unos segundos en silencio, hasta que de la nada se me escuchó- Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver...

-¡Ah no!- me calló Rodrigo- ¡Ya me tienes harto con Gardel! ¡Ése tango se lo haz pegado hasta al profe de geografía! ¡Hasta aquí!- puso su mano a ras de su frente señalando su nivel de paciencia que había tenido- Comprendo que estés muy feliz de que vuelvas a Argentina, pero tranquilizate, por favor...

-Está bien... como quieras- acepté ofendida y seguimos caminando hacia el Instituto.

Hubo unos minutos de silencio. Eran incómodos. Los dos queríamos cortarlo pero no se nos ocurría nada.

-Veo que ya se te está yendo el acento español...- comentó vacilando mi amigo.

-Sí, prefiero tener mi rico acento argentino, aunque amo el acento español, tío- mientras hablaba cambié de acento, éso hizo que él sé riera.

Llegamos a la puerta del Instituto y nos dirigimos a entrar.

Caminamos por el corredor y llegamos nuestro salón de clases, en donde estaba el niñato más grande del mundo. Abraham Mateo.

Iba con nosotros.

Abraham estaba sentado en un pupitre, entre sus piernas, parada estaba Soledad, una pelirroja teñida y era de ésas chicas que se creían diosas y utilizaban a los chicos para sus beneficios.

Ella estaba abrazada a él, como un imán al metal.

Estaban hablando con sus amigos.

Abraham me vio entrar con Rodrigo y se arregló el jopo.

-¡Oye, ______!- me llamó Abraham, lo miré y le hice señal con la cabeza que era lo que quería- Algún día hay que charlar a solas, rica- me miró con picardía y en la última palabra acentuó mucho la R, ya que siempre lo hacía para ligar, me tiró un beso con los labios. Redondee el contorno de mis ojos

¿Más idiotas puede ser, Señor?》le interrogué a Dios por mí adentro.

-Mira, boludo con cabeza de cepillo dental barato- dije con la manos en mi cintura y con el acento argentino- nunca, repito, NUNCA voy a tener ésa- subí y bajé mi dedo índice apuntando al cuerpo de Abraham- charla con vos, así que gracias por la oferta, pero no, yo no soy la tabla del cero- terminé mirando fijamente a Soledad, me di vuelta para sentarme en mi asiento que era el primero de la última fila.

-¡No soy fácil!- dijo Soledad.

-¡Ay! ¡No me digas! ¿Sabías que mi abuela es Madonna?- nótese la ironía y me senté, a mi lado se sentó Rodrigo, que se tapaba la boca de la risa.

-No lo soy... tú piensas éso porque yo estoy con Abraham y tú estás enamorada de él desde segundo- Soledad me miró desafiante.

-¿Yo estar enamorada del chico que su casa es el telo y que se va atrás de cuanto culo se le pase por delante? Estás muy equivocada querida, yo no estaría con un chico así- dije pensando que ya lo tenía todo resuelto.

-No mientas, desde ése beso debajo del árbol en segundo me haz tenido ganas- dijo Abraham.

La verdad es que sí, Abraham me había gustado un poco en segundo y él me había dado mi tercer beso, bajo un árbol en la entrada de un museo que fuimos con el Instituto de excursión.

-Sí, Abraham tenes razón, desde ése beso te quiero y por éso quiero dedicarte ésta canción- me paré y aclaré mi voz-, te quiero Abraham, te quiero, te quiero matar pero no puedo, te quiero Abraham, te quiero, te quiero matar pero no puedo- ésa canción hizo que Rodrigo y los amigos de Abraham se echaran a reír.

Aprendiendo a ser normal~ Abraham Mateo & tú [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora