La castaña sabía que no había sido fácil convivir con ella la última media hora, se la había puesto difícil a los gemelos con respecto a que ponerse, pero es que ni siquiera ella sabía que debía vestir para ir a una reconocida firma de abogados.
Al final había optado con ayuda de Mir por vestido de manda larga, botones al frente y vuelo en la parte baja, junto con unas medias gruesas en color negro y unos botines de piso del mismo color vino que el vestido.
—¿Estás nerviosa princesa? –alzó la vista para ver por el retrovisor a Basil, ambos gemelos venían con ella, eran los encargados de su seguridad directa.
—¿Debería estarlo? –mordió suavemente su labio tras responder, no quería lucir nerviosa, pero estaba segura de que no lo estaba logrando—. ¿Y si no encajó en ese lugar, qué haré leoncito?
Una mirada conmovida le llegó por el retrovisor, así como una mano ligeramente cayosa se acercó a ella por un par de segundos sosteniendo la suya.
—Bueno, si terminando la platica ves que no es una experiencia que te haya gustado simplemente pasas a lo siguiente.
—No es tan fácil... mi papá, él se sentirá...
—Alto ahí vaquera. –Esta vez había sido Bastian quien había hablado, quien se encontraba conduciendo y aún así le dedico una mirada conciliadora por un par de segundos a través del retrovisor.
—Alina, el señor Dragomir solo quiere lo mejor para ti, y eso incluye tu educación, nunca te obligaría a estudiar algo que no quieras, mucho menos algo que te haga sentir mal contigo misma. Toma esto como una oportunidad de aprendizaje, como una gama de posibilidades para ver que carrera puede ser tu mejor opción.
—Exacto princesa, ya quisiéramos muchos de nosotros haber podido tener una oportunidad semejante, algunas veces solo puedes tomar lo que la vida te lanza, y ahora que tienes está oportunidad Alina, solo disfrútala y déjate llevar, sabrás en tu interior si esto es lo correcto para ti o no.
Les dio a ambos una sonrisa avergonzada, y es que por un segundo había olvidado que realmente eso era una oportunidad de oro que muy pocas personas podían tener, ella hasta hace unos meses siquiera habría podido soñar con eso.
Mas tranquila se recargo contra el vidrio de la puerta contemplando los grandes rascacielos pasar a su lado, así como los autos y las personas, cada una de ellas inmersas en su propio mundo; de pronto la idea de cuantos de ellos serían buenos o malos llegó a su mente, si llegaba a estudiar derecho a cuantos de ellos tendría que defender, cuantos casos ganaría, pero sobre todo, cuales casos sería correcto tomar y cuales no, ¿tendría esa oportunidad de decisión en el bufete?
De pronto el movimiento del coche se había detenido por completo, y al ver de nuevo a su alrededor se dio cuenta de que no se encontraban en algún alto, habían llegado.
—Wow...
Una sutil risa en los asientos delanteros le dijo que la habían escuchado, pero eso le importaba poco, estaba sorprendida en verdad, nunca esperó que el lugar fuera tan imponente como lucía, es que vamos, era una firma de abogados, no una empresa, pero al parecer había subestimado el lugar.
—El señor Esposito está esperando por ti en el vestíbulo de la empresa princesa, irás con Bastian, yo iré a estacionar la camioneta y me reuniré con ustedes, ¿está bien?
—Sí, está bien leoncito. Hagamos esto.
Veloz Bastian bajó de la camioneta y se encaminó a abrir su puerta, en cuanto bajó varias miradas curiosas se centraron en ellos, pero la castaña trató de ignorarlas, eso solo la ponía más nerviosa.
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Mi pequeña princesa
RandomUn hombre que lo tiene todo en la vida, viajes, mujeres y una cuenta corriente de miles de millones de dólares, pero siente que algo le falta, algo que el dinero no puede comprar realmente. Ella, una niña que ha tenido que convertirse en adulta dem...