—¡Bianca!
La voz de Guido frena la cascada de pensamientos que estoy teniendo. Nos levantamos rápidamente y él corre hacia dentro del edificio, conmigo detrás. Subimos las escaleras de dos en dos. Siento el corazón en la garganta, no quiero ni pensar que algo le haya pasado a mi hermana. Cuando llegamos al apartamento, Richetti abre la puerta con cautela, y hasta miedo, pero no hay nadie.
Compartimos una mirada igual de preocupados— ¿Bianca...?
Después de unos segundos ella sale de uno de los cuartos sosteniendo un sartén en su mano. Antes de que pueda decir algo Guido camina hasta ella y la envuelve en un abrazo.
—¿Estás bien?— Toma su rostro revisando que no le haya pasado nada. Camino hasta ellos para confirmar que mi hermana este bien.
—Estoy bien— Habla ella— ¿Ustedes fueron los que dispararon?
—A nosotros nos dispararon— Digo. Guido se aparta permitiéndome abrazar a mi hermana.
—¿Segura que estás bien?— Le pregunto.
—Eso se los debería preguntar yo. ¿Cómo que les dispararon?
—No creo que el objetivo hayamos sido los dos— Habla Richetti. Y una sola mirada basta para entender a quién se refiere.
—Tienen que reportarlo a la marina— Bianca me mira preocupada— Puedes pedir que te pongan seguridad.
—Eso haremos, no te preocupes— La tranquilizo.
Teniendo en cuenta la muerte de mis padres, y que Bianca es la única testigo, no es descabellado pensar que el objetivo pudo ser asustarla.
Al día siguiente, lo primero que hago al llegar a la base es reportar lo que ocurrió, y luego decido ir a buscar al almirante. Tengo muchas teorías de porque nos dispararían, y todo me conduce al asesinato de mis padres, por ende, podrían atacar a Bianca también.
—Buenos días, Scarlett. ¿Podrías anunciarme con el almirante, por favor?
—Claro— Me sonríe y hace lo que le pedí, después regresa y me dice que puedo pasar. Le doy las gracias y entro a la oficina. El almirante esta sentado detrás de su escritorio escribiendo algo en su computadora, lleva puesto su uniforme de almirante, y joder, si lo hubiera visto así la primera vez, jamás le hubiera gritado.
—Buenos días, almirante Bridge.
—¿Qué se le ofrece, capitán?— Dice sin apartar la vista de su computadora.
—El día de ayer, el contra almirante Richetti y yo, sufrimos un atentado— Empiezo— En el estacionamiento de nuestro edificio, paso una camioneta disparándonos.
—¿Ya lo reportó?— Sigue sin mirarme y eso solo me fastidia.
—Sí, almirante.
—¿Y qué quiere que yo haga, capitán?
—Me gustaría que la marina le diera protección a mi hermana.
Él levanta la mirada de su computadora— No entiendo, capitán. El atentado fue en contra de usted, y de el contra almirante Richetti. ¿Porqué la marina le brindaría protección a su hermana?
—Creo que el atentado esta directamente relacionado con el asesinato de mis padres. Y podrían-
—¿Sabe qué creo yo?— Me interrumpe— Que el atentado fue en contra de Richetti, y usted solo estuvo en un mal lugar, en un mal momento— Hace una pausa— Piénselo, capitán. Richetti es un contra almirante de la marina, debe tener un sinfín de enemigos. En cambio, lo de sus padres fue un asalto...
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Rastros de Sangre
ActionLas tragedias pueden ocurrir hasta en las mejores familias, y fue lo que le pasó a los Benedetti. Una noche derrumbó a esa familia perfecta, dejando a Beatrice, una capitán de la marina, deshecha, con una hermana que proteger, y un caso que resolver...