Bianca Benedetti.
Miro el bonito candelabro que cuelga en la sala, mientras pienso en mi última sesión de terapia. Han pasado varios días, y, aunque solo llevo dos sesiones, la doctora Romano me inspira confianza, y siento que he avanzado. Un poco, al menos. Ella dice que no es necesario que hablemos de todo en una sesión, que tiempo es lo que nos sobra, así que hemos ido poco a poco, y se siente bien.
—Hey,— escucho la voz de mi hermana, y la veo bajando las escaleras, así que me reincorporo en el sillón— te levantaste temprano.
—Síp.— ella se sienta a mi lado— Hoy, en particular, me siento bien.
—¿Ah, sí?— sonríe, mientras acaricia el cabello revuelto— Me alegro mucho.
—¿Y tú?— le pregunto— ¿Has tenido mucho trabajo?— ella suelta un suspiro de cansancio como afirmación, y deja caer la cabeza sobre el respaldar del sofá— ¿Cómo sigue el almirante?
—Mejor— vuelve a levantar la cabeza— El segundo tratamiento funcionó, y aunque no está consciente, está respirando por sí mismo.
—Me alegro.— admito— Realmente lo hago porque aunque todos dicen que es un ogro, a ti te ha protegido con lo de esa mafia.
—Sí— dice sonriendo— Es...— la frase queda en el aire durante unos segundos, haciéndome fruncir el ceño—tolerable en el fondo, supongo.
La forma en qué lo dice me hace sonreír— Bea, ¿Qué hay entre el almirante y tú?
Ella voltea a verme con confusión— Nada— dice segura—Es... nada.
—¿Nada?
Ella se encoge de hombros— Encuentros casuales, y una relación de trabajo, nada más— no puedo evitar reírme por la forma en qué lo dice— ¿Por qué te ríes?— me dice divertida y me un suave golpe con los cojines del sillón— ¿Sabes? Yo quiero hablar contigo— cambia de tema, y su expresión también cambia— De dos cosas. La primera es por qué te peleaste con Ric.
Eso me borra la sonrisa. No puedo decirle que nos besamos y qué él me ha estado evitando por eso. No sé cómo reaccionaría.
—No nos peleamos— le aclaro— Solo he tratado de tomar distancia hasta que... deje de gustarme.
Beatrice me conoce muy bien, sin embargo, eso no es una mentira. He contribuido a la distancia que ha puesto él, para que deje de gustarme.
—¿Es solo eso? ¿segura que no pasó nada más?
Asiento, tratando de no recordar lo que realmente pasó— ¿Qué es lo otro de lo que quieres hablar?
Ella suspira profundamente, indicando que es algo serio— La última semana he estado buscando un momento para contarte, porque realmente son varias cosas en una...
Beatrice empieza contándome que mi papá sí dejó un testamento, dónde me deja como heredera de todo, eso me sorprende, porque papá siempre decía que trabajaba para sus tres chicas. Mamá, Bea, y yo.
—Bianca... lo otro es un poco más grave.— continúa y puedo ver la preocupación en su rostro, así que la animo a seguir— Mi papá... le era infiel a mi mamá.
—¿Qué?— digo con desconcierto— No. No es verdad. Mis papás se amaban.
—Yo tampoco lo podía creer, pero es verdad, Bi.
—No. ¿Cómo puedes decir eso?— pregunto indignada— Sabes lo mucho que mi papá amaba a mamá.
—Bi...— trata de calmarme— Es la verdad, le fue infiel durante mucho tiempo.
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Rastros de Sangre
AksiyonLas tragedias pueden ocurrir hasta en las mejores familias, y fue lo que le pasó a los Benedetti. Una noche derrumbó a esa familia perfecta, dejando a Beatrice, una capitán de la marina, deshecha, con una hermana que proteger, y un caso que resolver...