Capitulo 22

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Matteo Lombardo.

Camino a través de las calles perfectamente iluminadas, del conjunto de casas. Es uno de los mejores conjuntos de la isla, está una zona céntrica, y cuenta con muy buena seguridad. Sin duda, ningún asalariado común podría permitirse vivir aquí. Llego a la casa que conozco de memoria, porque yo mismo la compré hace ya varios años, y toco dos veces la puerta de madera caoba que conozco tan bien. Una ráfaga de viento nocturno me eriza la piel, justo al momento en que la puerta se abre, dejándome ver a la persona por la cuál vengo mes a mes a este conjunto.

—Esto es lo de este mes— digo sin rodeos y le extiendo el cheque valorado con la suma de dinero mensual, acordada.

Lo toma, y como siempre, lo primero que hace es revisar que la cantidad sea la correcta. Solo después, su vista se dirige a mí con su habitual recelo.

—No sé lo has dicho a nadie, ¿Verdad?

—Tengo palabra— respondo— Pero empiezo a creer que es momento de que-

—Ni lo pienses— me interrumpe abruptamente— Beatrice no puede enterarse de esto.

Solo de escuchar su nombre, una punzada de culpa me atraviesa, y me hace sentir como una basura. Soy un traidor de lo peor.

—¿Y cuándo, entonces?— Reprocho— No es justo para ella, ni para Bianca.

Beatrice es una persona, importante en mi vida, en general, su familia siempre ha sido muy importante para mí, pero ella lo es más. Nunca he sido bueno ocultándole cosas, talvez porque antes de ser novios fuimos amigos. Nos conocemos muy bien, y siempre hemos sido honestos, por lo que estarle mintiendo de esta manera me está matando.

—Hay tantas cosas que no sabes Matteo— su tono es neutro, pero su mirada es mordaz, y jamás se me hubiera ocurrido que alguien como la persona que tengo enfrente pudiera verme de tal manera— Pero hay algo que sí debes saber...— definitivamente, tiene una doble personalidad— Lo mío lo voy a proteger al precio que sea.

—Estás perdiendo— digo bajito— Crees que lo que haces es lo mejor, pero no has pensado a largo plazo... Beatrice es inteligente, todo esto no te va a durar mucho, ella se va a dar cuenta, y entonces sí ruega por tan siquiera tener algo que sea tuyo... Porque te lo va a quitar todo.

—No puede.— dice con seguridad— Te repito, hay muchas cosas que no sabes. Entiende que solo eres un peón en un juego de ajedrez.

Sus palabras me sorprenden en gran manera, y no puedo creer que durante años pase viendo a una persona amable, y sonriente. En su momento, incluso pude entender porque ocurrió lo que ocurrió, y, ahora, ver su mirada oscura, con sus palabras despectivas... Es como ver a otra persona.

—Me sorprendes— confieso.

Toma una respiración tranquila, y vuelve hablar— Matteo, no soy el enemigo, y tampoco estoy en contra de Beatrice, ni de Bianca. Solo quiero asegurar lo que es mío...— dice con tono firme— Y sabes que no me refiero al dinero, ni a las empresas.

—Sé bien a lo que te refieres, pero, ¿qué te impide ahora decir la verdad?

Su mirada vuelve a ser neutral, y solo menea la cabeza dándome a entender que no responderá, y me cuestiono estar haciendo lo correcto, por que no me está diciendo toda la verdad.  

—Ten buenas noches, Matteo— dice con el mismo tono, y es obvio que esta ocultando algo— Y te lo repito, Beatrice no puede enterarse de esto... Así que me entregarás la misma cantidad el próximo mes.

No espera que le responda, solo retrocede y cierra la puerta de golpe. Me quedo unos segundos viendo la madera, tratando de procesar toda mi situación. ¿Realmente vale la pena todo lo que estoy haciendo? ¿Realmente vale todo lo que estoy arriesgando? Dejo salir aire, y me giro para irme. Definitivamente tengo un gran problema encima.

Rastros de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora