Rastros de Sangre

Prólogo

Veo como entierran los cuerpos de mis padres. Juliette me abraza, y a pesar de que trata de consolarme todo el tiempo, mi corazón se está haciendo añicos. Solo puedo pensar en como hace tres días mi vida se vino abajo.

...
El insistente sonido de mi celular me hace despertarme. Estiro mi mano y lo tomo para contestar la llamada.

Son las 2:00 AM, ¿Quien puede llamar a esta hora?

—¿Bue-

—¡Beatrice!— La voz de mi hermana no me deja terminar— ¡Los mataron! ¡Los mataron!

Sus gritos susurrados desconsolados hacen que por inercia me levanté de la cama de un salto— Bianca, tranquilízate. ¿A quienes mataron?

—¡A mis papás!

Un asqueroso escalofrío recorre mi espalda, mientras un vacío se forma en mi pecho. Bianca sigue hablando— ¡Están en el suelo... Inconscientes... O muertos...!

Ruego porque solo estén inconscientes —¿Cómo...?

—¡Tengo miedo! ¡Tengo mucho miedo!— Llora.

—Escóndete. Escóndete lo mejor puedas. Llamaré a Richetti.

Cuelgo y mientras me pongo mis botas, marcó el número del único que me puede ayudar. Guido Richetti. Un contra almirante de la marina italiana. La única persona que se encuentra en el país a quién podría confiarle mi familia. Le explicó lo que mi hermana me dijo, y que necesito ponga a salvo a mi familia lo más pronto posible. Tomo mis documentos, armo una pequeña maleta y tomo un vuelo de Washington a D'll Rose.

El vuelo hace escala en Amsterdam, trató de comunicarme con mi hermana o Richetti, pero ninguno responde. Cada minuto se siente aterrador, y desesperante. Finalmente, después de 12 horas de una preocupación asfixiante, pongo pie en la isla, y tomo un taxi directamente a la casa de mis papás.

Al entrar al condominio donde vive mi familia, lo primero que noto es el perímetro armado alrededor de la casa de mis padres. Vecinos y agentes policiales rodean la casa, y cuando trato de pasar, un oficial me lo impide.

—No puede pasar, es-

Saco la placa y se la muestro —Capitán de la marina. A un lado.

Paso de él y veo Richetti saliendo de la casa. Me apresuró hasta él.

—¿Cómo está Bianca? ¿Cómo están mis padres?— Pregunto aterrada— ¿Qué fue lo que pasó?

—Beatrice....— Estoy temblando y su tono de voz me da nauseas. Tengo miedo de todo lo que pueda decir— Entraron a la casa de Mauro y Caroline, aparentemente fue un robo, y...

Él deja la frase en el aire— ¿Y?

Se lame los labios como escogiendo las palabras— Las cosas se complicaron...

—¿Dónde están mis papás y mi hermana?— La angustia me aprieta el pecho, y siento que el corazón se me va a salir.

—Bianca está en la base de la marina. Tuvieron que interrogarla...

—¿Y mis papás?— Insisto ante su silencio, y su rostro me dice que no me dará buenas noticias— ¡Habla!

—Tus papás están...—Siento mis manos temblar, mientras la presión en mi pecho aumenta— En la morgue.

Las palabras me sacan el aire y retrocedo como si me hubieran golpeado— No es verdad...

Las lágrimas empiezan a salir sin control, mientras las piernas me fallan. Richetti me agarra evitando que caiga al suelo.

—No, no es verdad...— Los sollozos salen de mi garganta sin que pueda controlarlos. Mis padres han sido mi pilar de vida, la sola de idea de no volver a verlos más me resulta insoportable, devastadora. No. No. No.— Esto no puede estar pasando...— Nunca más tendré sus abrazos, sus palabras motivadoras... Nunca más los volveré a escuchar decirme lo mucho que me quieren. Siento mi garganta cerrarse, y un grito brota de mí, siento que me ahogo, me duele demasiado, soy un manojo de lágrimas y sollozos. Richetti no me suelta.

—Beatrice— Me habla él— Bianca te necesita.

Mi hermana...— ¿Cómo puedo apoyarla si yo misma me estoy derrumbando?— Hablo contra su camisa.

—Entonces, derrumbense juntas. Porque después también se levantarán juntas también. Ahora sólo se tienen la una a la otra, y unidas son más fuertes.

Si yo me estoy ahogando, mi hermana debe estar igual, y Richetti tiene razón, solo nos tenemos la una a la otra. Le pido que me lleve con ella, e inmediatamente me asigna un oficial que me lleve. Cuando pongo pie en la base, trato de ver a mi hermana, pero la están interrogando por segunda vez para asegurarse de que no olvide ningún detalle, mientras yo me encargo del papeleo necesario para estos casos. Después de decirme que me entregaran los cuerpos en un par de horas, por procesos de autopsia, por fin puedo ver a mi hermana.

—¡Bea!— Bianca se lanza a abrazarme en cuanto me ve— Mis papás...

Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas y la abrazo más fuerte, sintiendo el mismo dolor de ella. No decimos nada más, solo lloramos mientras tratamos de sostenernos la una a la otra.
...

—¿Qué vamos hacer ahora?— La voz de Bianca me hace volver a la realidad. Quedamos solamente mi hermana, Juliette, Richetti y yo. Mi tía y su familia, además de los pocos amigos y socios de mi papá, se acaban de ir.

—No lo sé— Y es verdad. Tengo mi vida echa en Washington, pero no puedo irme y dejar las empresas de mi papá como si nada.

—No quiero mudarme.

—Puedes pedir un traslado— Habla Juliette— Tienes dos opciones, Beatrice. Puedes irte a Washington, llevarte a Bianca, tratar de que se adapte a tu vida y que lo superen juntas— Hace una pausa— O... Puedes quedarte y ayudar a que los que ocasionaron esto, paguen por lo que hicieron.

—No sé si me dejen entrar al caso— Lo pienso unos momentos— Richetti, ¿Tú podrías recomendarme?

—Por supuesto— Responde— Y con tu experiencia, ya tienes un pie dentro.

Lo pienso unos segundos más, tratando de analizar todas las variables. Tengo mi estabilidad en Washington, pero no puedo dejar las empresas de mis padres como si no valieran nada, además, quiero ver a los asesinos de mis padres tras las rejas. 

Entonces, lo decido:

—Quiero que esos hijos de puta, paguen.

...
•D'll rose: Isla ficticia, que está bajo la jurisdicción de la Marina, con una base en las costas y su propia organización jerárquica dentro de la institución.

•Los nobles son un grupo de 5 hombres, descendientes de las familias fundadoras de las fuerzas armadas nacionales. Ellos dirigen la administración del país, siendo la máxima autoridad nacional. 

•La nobleza son todos los familiares de los nobles, y el consejo de la nobleza es el equipo selecto que trabaja con los nobles.