Capitulo 21

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Diez modelos, con falsas identidades, cuyo objetivo es evitar la fuga de cualquiera de los mafiosos que estarán en el lugar, obviando que los tenemos que distraer hasta que la marina irrumpa en el lugar. Un hombre, que se identificó como Leonardo, nos recogió en un hotel asignado, y nos trajo al lugar que Erick reportó. Es una mansión enorme. De la entrada del terreno a la casa, hay aproximadamente 1 kilómetro de distancia, sin mencionar el denso bosque que rodea a la mansión. Mientras nos arreglamos para el desfile, mantenemos una falsa conversación, a sabiendas de que hay cámaras y micrófonos por toda la habitación que nos asignaron.

—Tenemos veinte agentes ubicados en el lado norte. ¿Cuántos guardias hay en la entrada?— habla Diego Montange a través del auricular.

—El mes pasado logré bajar seis libras— habla una agente.

—¿Segura?— digo bajando los tirantes de mi vestido floreado— Parece que bajaste ocho.

Cada una de nosotras tiene micrófonos en forma de pendientes o collares, aparte de los auriculares, y un arma oculta en la parte trasera los muslos. Me coloco el vestido a modelar con sumo cuidado, evitando en todo momento dejar mis piernas descubiertas. El vestido tiene un precioso diseño con abertura en ambas piernas que llega hasta mis caderas, y tirantes con el escote en V. Va a juego con unas sandalias de tacón grueso, y de estilo transparente.

—Los diez socios estarán en una de las habitaciones de la casa, mientras no ubiquemos la habitación exacta, no actuaremos— escucho por el auricular.

Nos maquillamos, y arreglamos mantenimiento la fachada de modelos, con conversaciones previamente planeadas. Una hora después, entra Leonardo en la habitación. Leonardo se identificó como el anfitrión del evento, sin embargo, sabemos que es el jefe de una de las divisiones de los Dark Wolves.

—Es hora de comenzar, ¿Están listas?

—No, no es momento de comenzar— habla Diego— Becker solo ha visto entrar a 4 socios, no están ni la mitad.

Debe haber otra entrada.

—Aún no estamos listas— sonríe Amelia.

—Yo las veo más que listas.— suelta con una sonrisa fingida— Vengo en cinco minutos.

Él sale de la habitación, y yo finjo acomodar mi collar, para susurrar— Debe haber otra entrada que no contemplamos.

—No importa. Salgan, y sigan las instrucciones. Murphy— un agente infiltrado en intendencia— averiguará la habitación.

Cinco minutos después, salimos, y Leonardo nos espera al inicio de la escalera dónde modelaremos. Todas las luces están apagadas, y ruego mentalmente hacerlo bien.  Los dos últimos días, recibimos un entrenamiento de modelaje bastante intenso por parte de Sofía, pero no quita que fueron solo dos días, lo que me pone nerviosa. De pronto, y un reflector azul ilumina la escalera, siendo la señal para que la primera agente salga. 

Una a una van pasando, mientras repaso lo que nos enseñó Sofía. Llega mi turno, y bajo las escaleras bajo la tenue luz del reflector, sintiendo varias miradas sobre mí. Cada paso lo doy con seguridad, y evito mirar a alguien de las personas que rodean la alfombra de color rojo. Mi cabello se mueve con delicadeza y la tela se mece al ritmo de mis piernas. Me detengo al final de la alfombra, y doy un giro levantado la caída del vestido y girando mi cabello con un leve movimiento de cabeza. Me quedo de pie al centro de la alfombra, mientras las demás se colocan a mi lado.

—Que noche más exquisita— habla Leonardo— La preventa exclusiva de la nueva línea de Aqua Kiss. Podemos empezar con las ofertas.

—Encontramos la habitación,— habla Diego— pero no están todos... Esperaremos un poco más.

Rastros de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora