Capitulo 13

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Alessandro Bridge.

Termino de acomodar las mangas del traje de gala de la marina, y salgo de mi apartamento. Una Cadillac blanca me espera en la parte de afuera, mientras la guardia de los Bridge se mantiene a mi alrededor, alerta en todo momento. El evento del primer ministro está destinado a recaudar fondos para los damnificados por las guerras, aunque el verdadero propósito de Antoine Falco, el ministro, es hacerse campaña política, y ganarse a las fuerzas armadas. Le conviene que la nobleza lo siga considerando útil. El evento se realiza en una locación de lujo. El lugar tiene un gran área verde, y está decorado de manera primaveral. 

La seguridad es resulta ser más exhaustiva que de costumbre, y al notar la presencia de dos de los nobles, entiendo porqué. Paul Wood y Gael Fontaine. Nunca he tenido una buena relación con ellos, de hecho, nunca he tenido una buena relación con ningún noble que no sea mi abuelo, y, a veces, ni con él.

Después de un par de minutos, Antoine pasa a dar unas palabras, agradece a los benefactores del evento, habla sobre la historia de la isla, y mi mente se pierde al encontrar una mata de cabello color caramelo. Su mirada choca con la mía, y pasa. Sus ojos verdes me miran con complicidad, lujuria, diversión y hasta superioridad. ¿Quién demonios se cree para mirarme así? Necesita un par de nalgadas para componerse...

Un ruido retumba en el aire, interrumpiendo el discurso del ministro principal. Un disparo. Antoine se desploma en el suelo, y antes de poder reaccionar, dos disparos más atraviesan el lugar, y atónito veo dos cuerpos más caer sobre la grama. Paul y Gael. Por instinto, saco mi arma y me pongo a la defensiva, sin embargo, a pesar del caos que se forma a mi alrededor, la guardia de los Bridge se encarga de sacarme del lugar en un abrir y cerrar de ojos.

¿Qué demonios...? Empiezo a hacer llamadas, y ordeno cerrar un perímetro de 100 metros a la redonda, nadie entra, nadie sale. Después le ordeno a Diego que me mande los vídeos de las cámaras de seguridad del local, y de los lugares cercanos.

—A la base de la marina— hablo.

—El noble Bridge nos dij-

—¡Me importa una mierda! ¡Dije que a la base de la marina!

En cuanto llego a la base, voy directamente a la oficina de Mónica y entro sin tocar.

—¡Un francotirador, Alessandro!— dice a penas me ve— ¡¿Cómo demonios había un francotirador en un evento dónde habían nobles?! 

—¡Lo estoy averiguando!

Mi abuelo entra a la oficina, y rápidamente se dirige a mí— ¿Estás bien?— pregunta, y yo solo asiento— ¿Cómo pasó esto?

Esa es mi misma pregunta, ¿Cómo, un francotirador, se cuela a un evento con tanta seguridad? Estoy seguro que no tiene nada que ver con los Dark Wolves. Darren no se anda con juegos y me hubiera metido un tiro en la frente. 

Diego entra a la oficina, con una gran mancha de sangre sobre el pulcro traje, pero no parece ser de él.

—El ministro acaba de entrar a quirófano, para extraerle la bala, al noble Wood le harán una transfusión, porque perdió mucha sangre, y el noble Fontaine solo fue un raspón en el hombro— Le extiende una carpeta a mi madre, y luego se dirige a mí— Acabo de enviar los vídeos a la base de datos de la marina.

Diego y yo nos ponemos a revisar las cintas de seguridad en la computadora, mientras Mónica examina la carpeta en sus manos, y mi abuelo contesta y hace llamadas como un loco. La nobleza debe estar indignada, y exigiendo explicaciones. Mierda, esto es muy malo. Necesitamos una respuesta rápido, y las cintas no muestran nada sospechoso, el cordón de seguridad no fue violentado, nadie se coló. Entonces, ¿Cómo mierdas entraron? No fueron parte del personal, tampoco hubo actividad sospechosa... Entonces, una idea descabellada me atraviesa la cabeza.

Rastros de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora