—El dinero no compra la clase— habla Stella—La gente corriente, siempre deja ver su falta de educación...
—Oh, como tú— le réplica mi hermana.
Después de mi plática con el señor de la terraza, regresé a la mesa. Aunque Vanessa decidió dejar ir el tema, para no poner más tensas las cosas, ya que si hay algo que le preocupa más que hacer cumplir sus caprichos, es mantener la apariencia, a su hija no parece importarle mucho.
—No soy yo quién hace un berrinche en plena mesa— habla mirándome.
—Que raro...— responde mi hermana— Porque parece que es justo que lo estás haciendo.
—Estoy defendiendo a mi familia, no voy a permitir que nadie le falte al respeto.
Le hago un gesto a mi hermana para que no diga nada más, sin embargo, es imposible que Bianca se quede callada.
—¿Quién?
—¿Quién qué?— pregunta Stella.
—Te preguntó.
—Niñas, por favor— habla Gerónimo.
Richetti bebe de su copa con agua, para disimular su sonrisa.
—¡Hey!— el vicealmirante Montagne aparece, y se sienta junto a Richetti— ¿Cómo están?— pregunta en general, y luego se queda hablando con Ric. Juliette se acerca a hablar conmigo, pero no ha dicho ni media palabra cuando Vanessa la saluda, y le empieza a preguntar por su padre.
—¿Diego?— escucho a Ric.
Volteo a verlo, pero el vicealmirante solo puede ver a mi amiga. Vanessa lo nota y habla— ¿Se conocen?
Juliette, quién ni siquiera había notado su presencia, voltea a verlo.
—No, no nos conocemos— habla él.
—Él es Diego Montagne, vicealmirante de la marina— habla ella, mientras él se pone de pie— Y ella es Juliette Falco— Juliette le extiende su mano, y el vicealmirante la toma— la hija del primer ministro.
Juliette suelta una risa sarcástica, pues no le gusta que la presenten únicamente como "la hija del primer ministro"— Soy Juliette Falco, Master en relaciones públicas— hace un gesto de petulancia— Brillo con luz propia.
El vicealmirante la ve con fascinación, mientras Juliette retira su mano sin prestarle mucha más atención, y vuelve a su tarea de relacionista pública.
Después de unos minutos, se anuncia la llegada del noble Bridge, y empiezan a sonar aplausos cuando entra un hombre mayor. Lleva un traje azul, con una corbata roja, a pesar de que se ve que es mayor, no luce como un viejo. Algunos de sus rasgos físicos, el color de cabello, la estatura, e incluso, la forma en la que camina, me recuerdan al almirante. Los aplausos cesan hasta que él se posiciona frente a todos, y con un micrófono en la mano, comienza a hablar.
—Buenas noches...
Mierda. Esa voz...
—Quiero agradecerles...
¿Qué opina del Noble Bridge?
—Esta noche me gustaría...
¿Qué opina del almirante Bridge?
—¿Estás bien?— me pregunta Richetti.
—¡Dios! ¿Por qué me va tan mal en la vida?— Exclamo bajito.
Richetti me mira divertido— ¿Qué sucedió?
Voy a responder pero una voz me interrumpe— Buenas noches,— el almirante está de pie junto a mí— ¿le gustaría bailar, capitán?

ESTÁS LEYENDO
Rastros de Sangre
AkcjaLas tragedias pueden ocurrir hasta en las mejores familias, y fue lo que le pasó a los Benedetti. Una noche derrumbó a esa familia perfecta, dejando a Beatrice, una capitán de la marina, deshecha, con una hermana que proteger, y un caso que resolver...