[Número 21~]

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Estaban en el desfile de ganadores. Era de tarde. Mitsuba era el centro de atención de muchos ojos mientras estaba montado en esa carroza saludando junto con su corona y el vestido que lo ayudó a ganar. Se sentía poderoso. Sentía en ese mismo instante que tenia a todo el mundo en la punta de su dedo. Se sentía feliz de por fin haber ganado, conseguido el premio de tres millones de yenes junto al título de la propiedad del orfanato. Además, la cantidad de dinero del premio lo dejaría vivir tranquilo y sin preocupaciones un gran lapso de tiempo.

Tiraban confeti, gritaban su nombre, lanzaban flores de cerezo encima de aquella carroza, Sumire estaba en modo envidia y la del tercer lugar saludaba con la mano, ahora entendía porque Sumire se veía satisfecha al ganar. Por fin, la proclamada mujer más hermosa de Japón estaba en el trono de oro y el ego lo tenía por los cielos. Vio entre el público a Amane, Aoi, Mei, Nene y Kou corriendo en busca de poder verlo mejor. Les sonrió y les saludo como toda una princesa —o ¿princeso?— mientras que por el rabillo del ojo vio a Sumire con los ceños fruncidos y su yo malvado sonrió complacido.



Llegaron hasta el final del pequeño desfile improvisado de ganadores y bajaron de la carroza, solo faltaba Mitsuba quien se tropezaba un poco pero logro bajar. Terminaron de darle el cheque con el dinero y al día siguiente le darían los papeles de la propiedad en la misma. Mitsuba junto con varios concursantes y sus amigos decidió invitarlos a beber algunos batidos en un lugar que al lado tenía una discoteca, pero les interesaban más los batidos, ¿Discoteca para que? A no ser que a Mei le entre la locura y se lance.

Mitsuba brindo los batidos a las siete personas presentes y chocaron copas. Mitsuba estaba muy orgulloso de sí mismo y sus amigos también lo estaban, Amane vio a Kou y luego a Mitsuba y recordó lo que había visto en el momento en que Mitsuba estaba en la primera etapa, la etapa de la sensualidad, y quería fastidiar al jovencito un poco.

—Hey, joven —le susurró de manera disimulada. El chico le miró.—¿Recuerdas cuando sangraste por la nariz al ver a tu bomboncito modelar de esa mane-? —Kou le tapó la boca con uno de los waffles y le miró con una ceja tistiñeosa y una cara de «¿Qué tratas de hacer Amane?».

Dios, no le hagas recordar al pobrecillo el final, si tan solo se hubiera lanzado con ese montonazo de hombres a buscar esa maldita corbata que... ¡¿Pero qué rayos estaba pensando?! Kou hizo lo posible para mantener la cabeza fría y Amane solo lo miraba con aquella mirada fastidiosa y coqueta mientras le señalaba a Mitsuba con la mirada. Mitsuba tomó un poco de su batido y se lo terminó al igual que Mei, la castaña se paró y se puso las manos en las caderas.

—¡Mitsuba, quiero ir a la discoteca! —declaró decidida.

—No.

—¡Andaaaaaa! Hay que alocarnos —su tono era juguetón mientras que sonreía de manera divertida.

—No, Mei, cuando te alocas quieres bailar, beber, llorar de porque la vida es tan cruel y lanzarle la botella al bartender solo porque crees que es la cara de tu ex. Además, hay que estar muy pendiente con- ¡Shijima Mei, ven aquí! —vociferó al ver que la chica salió corriendo del lugar para ir a la discoteca.

—Ya en un rato vendrán —dijo tiernamente Nene mientras veía por la ventana como Mitsuba regañaba a Shijima mientras la agarraba del brazo para que no entrará a la discoteca, todos se rieron cuando Shijima terminó zafándose y terminó entrando haciendo que Mitsuba sacará una queja.

—Espero y la logre atrapar —mencionó Kou con diversión mientras aun veía en la dirección donde se fueron.

El peli-rosa con algo de estrés se puso a buscar a la castaña, costaba, eso sí, ya que el lugar estaba súper lleno y Mei tomó ventaja. Además, debía cuidarse debido a que sabe cómo actúan los hombres al verle la cara. Tapaba su rostro con una mano mientras buscaba a Mei, no la lograba localizar y afinaba su vista.

Gánate El Derecho De Llamarme Por Mi Nombre [MitsuKou] [JSHK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora