Gánate El Derecho De Llamarme Por Mi Nombre [MitsuKou] [JSHK]

[Capitulo 52~]

Las cosas fueron movidas y apresuradas ese mes y medio, ya la boda les respiraba en la nuca a todos los integrantes de ambas familias. La boda no iba a ser ni sencilla ni extravagante, al final dialogaron una neutral. La pareja accedió y en este momento se encontraban celebrando en las aguas termales junto a los amigos de la pareja y familiares la despedida de soltero de ambos. Claro, Kou y los chicos fueron a la zona playera que estaba cruzando gran parte del establecimiento. Tomaban, charlaban y disfrutaban junto a uno de los prometidos cerca de la playa, apenas y el sol se estaba ocultando.

Fueron semanas de planear y discutir sucesivamente, elegir el esmoquin, las flores, las servilletas, manteles, el lugar y un enorme etcétera. Obviamente tuvieron ayuda de Nene, aprovechando de darle la oportunidad, tenía buenas ideas.

—Teru-nii, ¿por qué no vienes a surfear un rato? —le llamó Kou desde lo lejos junto a su tabla.

—Estoy ocupado con Akito, ¡que vaya Akane!

—Yo no se hacer eso.

—Dejalo, joven, es un cobarde —dijo Amane antes de empezar a imitar a una gallina, de pronto se le erizo la piel al ver al Minamoto levantarse y tomando una tabla y con su sonrisa de sociopata.

—Te voy a matar.

—A veces me preguntó cómo esos dos se pusieron de acuerdo para organizarle esto a Kou —dijo Tsukasa antes de comer uno de los helados y ofrecerle uno al pequeño Akito, terminando con un helado embarrado en el suelo por un manotazo por parte del bebé, quien se encontraba en su carriola.

Sonrió con malicia y solo ignoró al bebé, dedicándose a ver a su hermano siendo tumbado por Teru mientras surfeaban y escuchando una risota por parte de Akane.

Por otro lado, Mitsuba y las chicas se encontraban en la zona de Spa, el pelirrosa se sentía en el paraíso, tomaba limonada mientras tenía pepinos en los párpados y la mascarilla, además de la bata.

—Esto es vida, debí decirles que mi boda es todos los días, así me traen acá. —Escuchó risas y rió también.

—Te lo mereces, relajarte, abres los regalos que te dimos después, descansas en el resort, nos dejaste sin dinero por un mes, pero vele el lado bueno —dijo Nene mientras le hacían masajes en los pies.

—Ni las mande a gastar, pero lo aprecio más que nada. —Tomó nuevamente su limonada y soltó aire fresco—. Después de esto, creo que iré más tarde a las aguas termales.

—Solo quieres ver hombres desnudos —contestó Mei.

—Por algo dije que iré más tarde, así no hay nadie porque todos irán al sauna y tendré las aguas para mí solito, soy un genio, si.

—Debe ser incómodo —dijo Nene—. Igual, ni que en las aguas dónde van las mujeres no nos veamos, solo espero que no haya una loquita que compare tamaño de pechos —lagrimeó.

—Evite el lado de la izquierda y bastará —dijo la empleada antes de disculparse.

Los tres presentes se rieron ante lo dicho y le brindaron algo de beber también.

Pasaron su día en el Spa, los otros en la playita, llegó la hora de relajarse en las aguas termales. Mitsuba estaba relajado, sosteniendose con sus brazos en el borde de la piscina, con una buena coleta para salvar su corto cabello del agua. Soltó un suspiro. Tranquilidad absoluta. O eso pensó hasta que escucho risas y pasos duros y supo que tenía que bajar la cabeza si no quería que lo patearan.

En menos de un segundo, una ola de agua le cayó encima junto el grito de varios chicos que ahora reían. Mitsuba rodó los ojos viendo a su futuro esposo y a los demás que venían con él después de arruinarle su cabello.