[Número 41~]

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     El peli-rosa quedó tieso al ver la escena, tanto que se le habían caído sus llaves al suelo. Al escuchar a Kou pronunciar su apellido, cerró la puerta y empezó a caminar rápidamente hacia el elevador del edificio. Había visto a aquella persona que tanto amaba besándose con quién odiaba. Escuchó como lo llamaban y sintió que le tomaban el brazo, paró su caminata y se volteó lentamente a ver al chico de ojos azules, haciendo todo lo posible para contener las lágrimas y el profundo dolor que sentía en su corazón en ese momento, como si se estuviera agrietando. Un dolor que odiaba sentir. La sensación de como se formaba un nudo en su garganta y estómago era como si sintiera que estallaría en llanto en cualquier momento, sus glándulas lagrimales querían sacar aquello que estaban conteniendo, una sensación nauseabunda lo estaba mareando, como sí el mundo se fuese a caer en mil pedazos encima suyo. Por el exterior hacia todo lo posible porque su rostro se tornará serio, cuando sabía que por dentro se estaba destrozado.

     —M-Mitsuba, no es lo que crees, yo... —Se calló mientras veía hacia abajo, no sabía que decir ya que todo fue repentino y al ver que el peli-rosa había entrado al piso sucedió tan rápido.

     Entre ambos había un silencio corto y tenso, Mitsuba tomó el mentón de Kou para poder verle a los ojos y sonreírle relajadamente.

     —No pasa nada, Minamoto-kun. Es tu vida, puedes salir con quien quieras, besar a quien quieras, no tengo porque enojarme. Somos amigos, ¿No es así? —Trató de contestar lo más tranquilo posible. Bajó la mirada—. Además, tú y yo sabemos muy bien que fue un error que nos tuvieran que comprometer, y que nunca fuimos o seremos el uno para el otro.

     Sabía que si de verdad amaba a Minamoto, debía dejarlo ir, incluso si eso implicará no poder estar a su lado como algo más.

     Aquellas palabras que dijo el peli-rosa hicieron que Kou sintiera un fuerte dolor en el pecho. La forma tan brusca en la que Mitsuba soltó aquellas palabras, con su voz de chico, serio y con la mirada baja. Sentía como ahora él estaba en el mismo estado que el peli-rosa. Dolidos y con una grieta en la corazón que les generaba una fuerte punzada en el pecho. Le recordaba al día de su compromiso, dijo las mismas palabras que ese día.

—♡—

Nueve meses atrás.

     En la vivienda Mitsuba, estaban madre e hijo preparando el almuerzo, en una mesa aparte habían cartas y sobres mandados por el gobierno, que ambos ignoraron totalmente esos últimos meses. Mitsuba al no saber cocinar se dedicaba a poner la mesa mientras su madre terminaba de batir el curry, evitó echarle papas al de Sousuke que se estaba cocinando en una olla aparte.

     ―Sousuke, termina de batir el curry de la olla izquierda, no batas el de la derecha, ese tiene papás y no quiero que te dé alguna reacción alérgica, por favor. ―Vio al chico asentir, sonrió y fue a la sala por algunas cosas.

     Mitsuba cumplió la petición de su madre, batiendo el curry de la olla izquierda, tomó un poco del guiso con la cuchara, sopló y probó un poco. La madre de Mitsuba tenía lo que necesitaba a mano e iba a regresar a la cocina; sin embargo, escuchó que tocaban el timbre, se cuestionaba quien sería.

     «Capaz es Mei-san», supuso, dejando en una de las mesitas más cercanas lo que tenía a mano y abrió la puerta.

     Estaban dos hombres con traje, bien arreglados, uno de ellos se quitó los lentes, vio fijamente a la mujer y el otro le entregó un sobre. Ambos tenían un semblante serio, a la mujer le intrigó tener la vista de ambos encima con que ya sabía de que se trataba.

     ―Léalo en el auto junto a su hijo, ya expiró la fecha, no hay más tiempo de espera, señora Mitsuba Tara. La familia del otro citado está esperando. ―señaló uno de los dos autos que tenía atrás―. Así que llame a su hijo y venga.

Gánate El Derecho De Llamarme Por Mi Nombre [MitsuKou] [JSHK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora