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Alessandra se despertó alrededor de las cuatro de la mañana confundida al no ver a Chris a su lado.
— ¿Chris? —murmuró.
Al no obtener respuesta de su parte se levanto de la cama y camino hasta la cuna de Rosella, frunció el ceño al encontrarla vacía.
Salió de la habitación soltando un bostezo, tener a los miembros del MCU y otras celebridades en su casa le resultaba agotador pues tenía que atenderlos además de cuidar de sus hijos y mantener la casa limpia sin contar que Rosella apenas y tenía un mes.
—Eres mi rayito de sol, Ellie... —se recargo en la puerta viendo la espalda de su esposo—. Gracias por llegar a nuestra vida a hacernos más felices de lo que ya éramos... te amamos con todo nuestro ser.
La ojiverde se cruzó de brazos sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos.
—Cuando me entere de que venías en camino supe que no iba a amar nada más en el mundo como te amo a ti y a tus hermanos mayores —arrullaba a la bebé—. Son la razón de mi existir y voy a hacer todo lo que este en mis manos para hacerlos felices.
Alessandra se acercó a su esposo y paso sus brazos alrededor de el—. Eres el hombre más hermoso del mundo, ¿lo sabías?
Chris rio sonrojado—. ¿Desde cuándo llevas ahí?
—No mucho —beso su espalda—. Te amo, Chris y amo que seas el mejor esposo y padre del mundo.
—Yo te amo a ti —se volteó quedando frente a ella—. Amo que seas una madre increíble, una esposa perfecta y una gran mujer. Eres la mejor.
— ¿Qué tal si le tomamos la palabra a los chicos y renovamos nuestros votos? —alzó una ceja sonriente.
—Lo que usted deseé, esposa mía —se inclinó con delicadeza para dejar un pequeño beso en la nariz de su esposa.
—Mañana hablaré con tus y mis hermanas, estarán emocionadas.
La bebé soltó un quejido llamando la atención de ambos—. Debe tener hambre —murmuró—. Le acabo de cambiar el pañal.
Alessandra cargó a la niña para poder darle de comer.
— ¿Crees que debamos tener otro bebé? —la mujer lo miro como si estuviera loco.
—Cuando me dijiste que querías todo un equipo de fútbol no pensé que lo dijeras enserio —rio.
—Tuve un sueño —confeso recargándose en la pared—. Teníamos dos bebés más, está vez eran gemelos.
—Chris... no creo que sea buena idea —hizo una mueca—. Te amo, pero el pasar por otro embarazo no suena muy tentador que digamos.
— ¿Y si adoptamos? —se encogió de hombros—. Y no digas no se puede, porque tenemos suficiente dinero para mantener a nuestros hijos, además, haríamos a niños felices y les daríamos el calor de un hogar.
—Para ti es sencillo decirlo —suspiró—. La que tiene que cuidarlos siempre soy yo, tu tienes que irte a grabar y puedes pasar meses sin ellos pero yo...
—Tu sabes que estoy planeando retirarme, puedo ayudar más en casa y cuidarlos.
