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Cuando Alessandra le dijo sí a los planes que Chris le contó a las cuatro de la mañana mientras alimentaba a su hija pensó que era algo pasajero.
—Entonces... ¿lo decías en serio? —Chris tenía en sus brazos a Rosella mientras caminaban por el parque.
Valentín y Romeo caminaban al frente con Dodger y Alessandra tenía a Maxi en sus brazos.
—Muy en serio —sonrió—. Tengo amigos que han adoptado y es un proceso largo... además, debemos hablarlo con nuestras familias.
— ¿No crees que deberíamos esperar a que Rosella crezca? —alzó una ceja mirándolo a través de sus lentes de sol.
—El proceso suele tardar uno o dos años —explicó—. Incluso más, podemos empezar metiendo papeles y después debemos conocer a los niños, ver como se adaptan a nosotros y viceversa, y ya finalmente es la adopción.
—Estoy segura de que el proceso es más complejo que eso —señaló—. Pero está bien, ambos queremos ser los próximos Brad Pitt y Angelina Jolie...
—Pero nosotros no nos vamos a divorciar, ok? —la miro.
—Obviamente no —se puso de puntitas para darle un beso—. Deberías preguntarle a los niños.
— ¿Yo?
—Tu eres su súper papá... estoy segura que si tu hablas con ellos van a aceptar fácilmente.
Rosella se removió en los brazos de su padre—. Tiene hambre.
—Hay que intercambiar —Alessandra le paso a Maxi y ella tomo a su hija.
Caminaron hasta una banquita debajo de un árbol—. Voy con los niños.
Alessandra asintió tapándose con una mantita y mirándolos correr por el parque.
—Niños, vengan acá —Chris acomodo a Maxi en sus hombros—. Debo hablarles de algo.
Valentín jalo la correa de Dodger hasta donde su padre los esperaba.
— ¿Qué pasa, papá?
—Lo que les voy a contar es algo hipotéticamente hablando —se sentaron en círculo—. Después de contarles ustedes van a darme su opinión y tanto su madre como yo la respetaremos y buscaremos una manera de solucionarla.
—Dijiste hipotéticamente —Valentín alzó una ceja curioso—. ¿Por qué buscarían solución a algo que no pasara?
—Por que en algún punto eso dejara de ser hipotético.
—Cuéntanos, papá —Romeo se recargo en Dodger.
— ¿Qué opinan de tener más hermanos? —preguntó nervioso—. Ya saben, otros dos niños más... tal vez de su edad o mayores.
— ¿Van a adoptar?
— ¿No creen que seríamos muchos? —frunció el ceño Romeo—. ¿Les daremos nuestras habitaciones?
— ¡No seas tonto, Romy! —Valentín negó—. Hay como cinco habitaciones más en la casa.
—Que bueno porque yo amo mi habitación.
— ¿Entonces?
— ¿Van a intercambiar a Rosella por otros niños? —Romeo miro escandalizado a su papá.
— ¡Papá, no! —se levantó del césped—. Rosella es nuestra princesa, no puedes intercambiarla por otros niños.
Chris miro a sus hijos con ternura—. No vamos a cambiar a Rosella por otros niños —Maxi aplaudió soltando risitas—. Para adoptar a un niño debes ir a un lugar donde ellos viven y hablar con ellos, ganarte su confianza y pasar los exámenes que te hacen las personas que cuidan a esos niños.
—Yo si quiero hermanitos —Romeo asintió—. Pero deberás comprarle juguetes propios porque los míos ya están usados.
—Está bien, Romy —rió.
— ¿Entonces vamos a tener más hermanos?
—Estamos hablando hipotéticamente.
Valentín miro a su papá—. Sé que esto no es hipotético —negó—. Pero está bien, habrá más niños para jugar...
— ¿Cuántos años tienes y por qué pareces de 50?
— ¡Papá! —Chris carcajeó.
—Bromeo, bromeo —los abrazó—. Estoy muy orgulloso de ustedes.
—Te amo, papá —Romeo beso la mejilla de su papá.
—Yo también te amo, papá —Valentín asintió.
—Yo tabién, dada —Maxi imitó a sus hermanos mayores.
