Capítulo 29: Dolor y pérdida

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𝑪𝒐𝒎𝒆𝒏𝒄𝒆𝒎𝒐𝒔...

Para la hora de la cena estaban Rin, Michiko y Jaken, pero desde que Rin se sentó a comer parecía nerviosa y traía puesto su Kimono muy arriba y bien ajustado, no dejaba mostrar bien su cuello y era primavera así que no tenía sentido que tuviera frío. Sesshomaru estaba en el balcón de la sala sentado en el marco del Shoji, podía escuchar toda la conversación de la mesa pero no volteaba a verlos.

Michiko: ¡Niña! ¿Se puede saber qué te pasa? Esta haciendo mucho calor para que estés tan tapada, ven déjame quitarte eso. - Se dispuso a aflojar el cuello de su Kimono pero justo cuando lo iba revelar todo se percató de ciertas marcas en el cuello de Rin, como Jaken también estaba ahí no quería que las viera y volvió a cubrirla.

Jaken: ¡Hey! ¿Qué pasó?. - Seguia comiendo pero igual tenía interés por saber que pasaba.

Michiko se levantó con la cara muy seria y fulminó con la mirada a Sesshomaru que si estaba viendo de reojo lo la escena.

Michiko: Tú vienes conmigo, ahora. - Fue para Sesshomaru.

Jaken: ¡Kah! ¿Pero qué haces mujer? ¿Cómo te atreves en hablarle así al amo bonito, mira nada más te mereces. - Antes de seguir hablando Michiko lo miró aterradora.

Rin: ¡Señora Michiko! Por favor no es lo que piensa, esto... - No sabía que responder, no había ninguna escusa.

Michiko: No me importa nada de eso y desde ahorita les advierto que si descubro que escuchan lo que vamos hablar en la otra habitación voy a castigarlos a ambos. - Su amenaza fue más que suficiente para silenciar a Jaken, Michiko podía ser humana pero eso no era impedimento para ser tan intimidante y Rin entendia bien que no debía interferir.

Jaken: ¡Ay! Con que me digas por favor bastaba. - Habló en voz baja para no hacer enojar más a Michiko.

Rin se quedó callada con mucha angustia, aunque Jaken le preguntó que era lo que tenía ella no le respondió.

Los dos se fueron sin decir absolutamente nada hasta que llegaron a la habitación  contigua. El silencio era incómodo pero a Sesshomaru no le importaba clavarle la mirada fría a la mujer.

Michiko: Esto llegó muy lejos y lo sabes, te hablo a ti Señor frialdad ¿O debo decir lo contrario?. - Lo retaba con la mirada.

Sesshomaru: No eres nadie para cuestionar lo que hagamos.  - Respondió irritado.

Michiko: Lo soy, ella está bajo mi tutela ahora que he decidido enseñarle además yo sé bien sobre su relación y créeme cuando te digo que no tengo problemas, sin embargo ninguno de los dos se esta comportando como se debe. - Hizó una pausa porque estaba muy disgustada.

Michiko: Puedo entender de Rin que se deje llevar tan fácil, pero de ti, un Daiyokai tan imponente comportándose como un puberto esa si no me la esperaba. - Se cruzó de brazos para hablar sarcástica aunque seguía molesta.

Sesshomaru: ¡Hmp! Vaya que tienes agallas o muchas ganas de morir para tratar de darme lecciones de moral. - Decía cínico y con toda la intención mostrarle que no debía provocarlo.

Michiko: Tus amenazas me importan muy poco, a lo que voy es que ella es una muchacha decente, no es correcto que llegues así de lejos con ella, si es que tu intención es casarte con Rin.

Sesshomaru: No hace falta que me lo digas, eso haré y tu no tienes nada que ver en esto. - Ya estaba comenzando a levantar la voz.

Michiko: Sino soy yo la que te lo advierte dudo mucho que alguien más lo haga. Mira no quiero pelear y ganarme más tu rencor, lo que digo es por el bienestar de ella.

El poder de la confianza: Sesshomaru y Rin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora