Capítulo 40: No estás sola

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Comencemos...

Era de mañana y Rin se despertó de un excelente humor pese a ser el último día con su señor antes de su viaje. Por la insistencia de Jaken, Rin le mostró el obsequio de Michiko y le contó sobre la carta.

Jaken: Vaya... Esa mujer realmente te quiere, ya lo sabía pero es difícil entender lo rápido que se ha encariñado contigo. - Decía asombrado a la joven sentada a un lado de él.

Rin: Las conexiones o vínculos que formas con las personas no necesariamente requieren de años de conocerse, Señor Jaken. La afinidad puede nacer en cualquier momento. A veces incluso cuando se tiene un largo tiempo de convivencia no se lográ formar ninguna clase de afecto. - Algo en su mirada se entristeció y el Kappa lo notó.

Sus palabras estaban llenas de verdad, fue algo que ella misma experimentó cuando era niña.

Jaken: Pero ahora ya no estás sola, Rin. - Intentaba animarla.

Rin: Lo sé, desde que conocí al Señor Sesshomaru, jamás volví a estar sola y he conocido a mucha gente que me quiere. - Le sonrió cálidamente.

En eso la anciana Kaede entró a la cabaña con una canasta llena de hierbas medicinales.

Kaede: Ustedes dos no se cansan de charlar. - Hablaba con su gesto sabio mientras dejaba la canasta en el tatami.

Jaken: Es porque la chamaca no le para el pico.

Rin: Usted tampoco se contiene y se la pasa diciendo chismes. - Le reclamó con cierta burla.

Jaken: Que no son chismes si yo los veo. - Trataba de darse credibilidad.

Kaede: Basta, no discutan por esas cosas. En vez de eso quería decirte que hoy no tienes toque de queda... Aprovecha bien tu tiempo, Rin. - Le comentó comprensiva.

Rin: ¿De verdad? ¡Gracias, abuela Kaede!. - Se levantó de un brinco para abrazar a la señora eufórica.

Kaede: ¡Tranquila, niña! Claro que puedes. - Correspondía su abrazo como podía porque la joven es mucho más alta y enérgica que ella.

Jaken: Eso es bueno, el amo Sesshomaru se pondrá contento por eso. - Se pusó de pie.

Kaede: No olvides venir a comer, no me gusta que te mal pases las comidas. - Advirtió un poco seria.

Rin: Si, abuela Kaede.

Kaede: Pero antes de ir con el joven Sesshomaru, ¿podrías pasar a dejarle esto a Kagome? Porfavor, debe de estar en su casa. - Le entregó la canasta de hierbas.

Rin: ¡Claro! Me gustaría saludarla.

Jaken: Yo me voy adelantar con el amo bonito, Rin. Le diré que ya estás lista y que no tardas en llegar. - Ya estaba listo para salir de la cabaña.

Rin: De acuerdo, Señor Jaken. No tardaré mucho.

...

La joven llegó hasta la morada de la sacerdotisa. Estaba ella sola preparándose para salir pero al llegar Rin se tomó su tiempo para saludarla. Las dos mujeres se sentaron.

Kagome: Hoy se va mi cuñado, de seguro pasarás todo el día con él. Pero sé que volverá pronto. - Le decía sentada mientras le daba un sorbo a su té.

Rin: La abuela Kaede me dió permiso de estar todo el día con el Señor Sesshomaru. - Se notaba lo ilusionada.

Kagome: Lo bueno es que muy pronto estarán juntos por siempre, Rin.

El poder de la confianza: Sesshomaru y Rin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora